No hay nadie mejor que el equipo

Un aficionado al fútbol que se hubiera despertado este domingo después de dos años en coma, seguramente se sorprendería bastante al leer las crónicas del derbi. Le costaría, sobre todo, entender tres cuestiones:

1. Tras ver la alineación del Madrid, le parecería raro leer cómo muchos se extrañaban del merecimiento de la victoria del equipo de Zidane (excelente en la lectura del partido) y del buen encuentro que hicieron jugadores internacionales y contrastados. Al igual que, con una jornada más que el Atlético y una menos que la Real Sociedad, el Madrid esté en la clasificación tres puntos por detrás de los colíderes de la Liga.

2. Le extrañaría también la alineación del Cholo y los múltiples cambios de jugadores y de dibujo que realizó el míster argentino. Lo que no le llamaría la atención es su ejercicio de autocrítica a la hora de reconocer que no tuvo "lucidez para ver mejor el partido", siendo superado por su homólogo.

3. Lo que más le costaría asimilar, sin ninguna duda, serían las imágenes de jugadores rojiblancos en un corto espacio de tiempo haciendo exagerados aspavientos tras ser sustituidos, el último João Félix en Valdebebas. Porque si hay un protocolo respetado es el que hay en la puerta del vestuario rojiblanco desde hace 9 temporadas, que pasa por anteponer los intereses del equipo sobre los individuales. Y es consustancial al fútbol y a los futbolistas lo de enfadarte cuando te cambian. Hay veces que llevas 60 minutos picando piedra y cuando se rompe el partido y hay más opciones llega el cambio. O cuando no te sale nada también quieres seguir para intentar aportar cosas al equipo. Todo sería normal menos cuando lo esporádico se convierte en tendencia. Es algo que hay que cortar para que no vaya a más. En el código de vestuario, y tanto en el tuyo como en el del míster, esto puede minar, sobre todo en momentos de dudas, que las habrá a lo largo de una temporada, a la hora de hacer piña. Porque en una temporada excepcional y atípica, con el equilibrio que tienen los rojiblancos en su plantilla, en una maratón de 38 partidos, no tengo dudas de que repasar el protocolo del vestuario, ese que reza que no hay nadie mejor que todo el equipo, les acercará a estar vivito y coleando en la zona Luis Aragonés, en esos últimos diez partidos donde se ganan las Ligas.