Llorente y un gol de genio
Suelen ser indigestos esos partidos que se juegan antes de una finalísima como la que tiene el Atlético este miércoles en Austria. El Cholo, en un ejercicio de coherencia, decidió rotar, dejando en el banquillo a tres de los jugadores más desequilibrantes de la plantilla: Koke, João Félix y Llorente. Desde ahí, pudieron comprobar unos primeros 45 minutos insulsos. La falta de precisión en la zona de creación y la falta de pausa en tres cuartos facilitaban la labor de un Valladolid fiable sin balón, pero nada dañino con él.
El míster rojiblanco no quiso perder más tiempo a la hora de meter el comodín de la profundidad con Llorente o eso creemos, porque lo de Marcos no deja de sorprender. Cada partido suma una foto más en su book. Ya no es la del trabajo en la presión o la de la opción al poseedor del balón con un desmarque que saca dos metros a su rival en seis, o esa en la que filtra un balón milímetro a su socio Trippier para que lo aprovechase un Lemar con brotes verdes....
Pero de su aparición ayer me quiero recrear en la instantánea que sumó a su álbum con la maniobra del segundo gol, una ejecución llena de brillo. Su insultante superioridad ante Javi Sánchez para tocar y cruzarse dejando sin opción al defensor vallisoletano, sólo fue el preludio de dos segundos de crack: reducir a esa velocidad, perfilarse y definir con tal precisión fue la gran foto del partido.
Luego entraron João Félix, Koke y Kondogbia en una nueva demostración del poderío que tiene este Atlético de Madrid para cambiar el rumbo de los partidos, una prueba más de que los rojiblancos son claros favoritos al tercer puesto... y un aspirante a la Liga más serio que temporadas atrás.