Situación excepcional
Robespierre fue una de las grandes figuras de la revolución francesa. Tenía muchos defectos, entre ellos este gusto irresistible por usar la guillotina. Sin embargo dejó frases y conceptos muy interesantes que han pasado a la historia. Explicó e impuso esto: "Ante una situación excepcional, medidas excepcionales". Algo vigente ahora con la terrible pandemia de la COVID-19 que no nos deja respirar desde el pasado mes de marzo. Una excepcionalidad que golpea fuertemente al fútbol y a todos sus actores. Entre muchos efectos negativos destacaría los siguientes: el público no puede entrar en los estadios, los jugadores deben seguir protocolos muy exigentes y muy perturbadores como, por ejemplo, no poder usar los vestuarios, y los dirigentes deben reducir los gastos de forma drástica hasta, como es el caso del Madrid, no realizar ningún fichaje durante el normalmente tan prolífico mercado de verano.
Y los entrenadores tienen que hacer sus alineaciones con ausencias por culpa del virus. Fue el caso de Zinedine Zidane, que se encontró hace dos semanas en Valencia sin Hazard, Casemiro ni Militao. El mundo del fútbol es anormal pero los aficionados, los dirigentes y la prensa siguen juzgando el trabajo de los técnicos y de los futbolistas con los mismos criterios y la misma exigencia de antes. Como si fuera todo normal. Pues algo no me cuadra.