En la Nations League por mí como si juega Paco Sanz

Desde que escribo en AS algunos amigos me preguntan sobre fútbol como si supiera. Me pasó ayer, que tuve una llamada con David, uno de Oviedo al que no veo desde el verano porque aunque todavía soy joven prefiero mantenerme responsable con el virus. Empezamos preguntando por la familia, seguimos con los gatos y acabamos cantándole las cuarenta a Luis Enrique. En un momento de la conversación me preguntó qué le sucedía a la Selección y yo le contesté que falta armar un bloque. Armar un bloque, así dije solemne, hablando en argentino como hacemos los españoles siempre que queremos fingir que sabemos algo de este invento. Por suerte me pusieron rápido en mi sitio. "En la Nations League por mí como si juega Paco Sanz", sentenció David. Tuve que darle la razón.

Quizá todos los debates sobre la Selección fuera de la Eurocopa o el Mundial sean lo que esta cultura del meme que nos ha tocado vivir ha dado en llamar de manera sublime como “problemas del primer mundo” Quizá. Dicen que Luis Enrique está probando a demasiados futbolistas. Los juicios sobre el asunto van desde los más templados a los que venden que elabora la lista con aquellos bolígrafos que acababan en una bola rellena de equis, unos y doses para rellenar la quiniela en modo aleatorio. La realidad es otra. Si el asturiano ha usado 27 futbolistas en esta competición, la gran Alemania, nuestra rival hoy, ha tirado de 26 y Francia, el canon del fútbol actual, de 25. Problemas del primer mundo.

Me miro al espejo y veo algunos de mis problemas. Nostalgia y reloj. La tristeza imborrable porque no volveré a ser el que fui y la ansiedad por hacer todo lo que pueda mientras pueda. Lo llaman crisis de los cuarenta, pero tiene algo bueno: desde que cumplí cuarenta entiendo mejor a la Selección. No me cuesta nada identificarme con ese momento de mediana edad por el que atraviesa España. Pero una segunda mirada al espejo, a mis canas, me recuerda que Del Bosque probó a Juanito, Iraola o Riera en el equipo que conquistó el mundo. Paciencia, confianza en el entrenador y hasta que llegue lo bueno, en la Nations League como si juega Paco Sanz.