El Madrid y la agresividad en el juego
Apagar el botón. Partido difícil de descifrar el disputado por el Madrid en Mestalla. Las sensaciones no eran malas en los primeros 30 minutos, con una buena gestión de la circulación de balón, activando, sobre todo, la banda izquierda, donde Marcelo, Isco y Benzema parecían entenderse y llevar cierta sensación de peligro sobre la portería de Doménech. A partir del ajetreo del primer penalti todo se volvió desordenado y caótico. Con la sensación de que a este Madrid cualquier revés le hace daño y apaga el botón de competir.
Poca actividad. Centrándonos en factores del juego, sorprendió una defensa en bloque medio tan poco activa teniendo en cuenta los problemas que lleva arrastrando el Valencia durante toda la temporada en la creación. Creo firmemente que las defensas poco activas, por muy juntas que estén las líneas son, o para ciertos momentos donde decides darte un descanso a nivel colectivo después de minutos de mucho desgaste, o para equipos que realmente se sientan muy cómodos pasando mucho tiempo del partido sin el balón, muy aplicados en basculaciones y marcas, y con grandes conceptos de defensa del área. No es el caso del Madrid. Futbolistas que sufren cuando pasan tiempo sin estar en contacto con la pelota y que hasta se aburren y se desconectan.
Rompió Gayà. El pasador no era presionado y tenía tiempo y espacio para buscar los desmarques de los compañeros a la espalda de la defensa, situación que aprovechó de maravilla Gayà. Con lo cual, no te defiendes bien, y esto te afecta a la hora e atacar. Ante el Inter, se defendió hacia delante, esto tiene riesgos, por supuesto, pero también te da muchas recompensas. Se roban muchos balones cerca del área rival, te hace estar conectado constantemente al juego y sentir que quieres ser protagonista, algo que creo que necesita el perfil de futbolista que tiene el Madrid. Además, te hace ganar en agresividad en el juego, un déficit de los de Zidane. Los blancos son de los equipos que menos balones roban en caso rival, tendencia que se debería revertir. El curso pasado se avanzó mucho en este aspecto, siendo la presión adelantada una de las mejores armas para conseguir la Liga.