Lo de Fekir no es ningún drama
Con un Barça bajo mínimos y sin un futbolista que restaba más de lo que estaba sumando, el Betis tiene derecho a soñar con una gran victoria.
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En nuestro querido Biwenger y también en algunos sitios de apuestas se cerraba ayer por la tarde más de lo habitual la persiana a una ya de por difícil victoria del Betis (y de cualquiera) en el Camp Nou. Razón: la baja de Nabil Fekir, ese presunto mago al que en los lugares cuquis de Heliópolis y también en las parabólicas esperan aficionados más enamorados de las filigranas que del rendimiento y de los kilómetros. Pero sin Fekir, lo cuenta uno que ve, ausculta y analiza la sangre del Betis todos los fines de semana, el equipo verdiblanco ha jugado mejor casi siempre en las últimas dos temporadas.
Rubi sólo fue capaz de sentar al francés cuando sanciones o lesiones le dejaron (y a menudo lo celebró) y Pellegrini tampoco tenia ganas o capacidad para darle un banquillazo hasta que este problema muscular ha llegado. Con un Barça bajo mínimos y sin un futbolista que restaba más de lo que estaba sumando, el Betis tiene derecho a soñar con una gran victoria.
