Europa League, jueves libres del VAR

Jueves de Europa League. Como va en una sola jornada concentra más partidos que la Champions y da lugar a un doble programa en el que se ve mucho fútbol. No son la vanguardia europea, pero sí los que vienen justo después. Un desfile de aspirantes al rango superior que lucen sus habilidades los jueves, teloneros de cada semana europea de clubes que comparecen una vez que la Champions ha desplegado sus gracias martes y miércoles. Son jueves de ilusión para muchos clubes que aspiran a más y de nostalgia para otros que otrora pisaron fuerte en Europa: Milan, Celtic, Feyenoord, Estrella Roja, Arsenal...

No es la primera vez que hago el ejercicio de ver los dos programas seguidos, saltando de partido a partido, degustando la sucesión de jugadas emocionantes, de campo a campo. Y sin VAR. Ya sé que lo del VAR es irremediable, viviré con eso. Tengo la esperanza de que pronto aparezca una vacuna que nos libere del coronavirus, pero sé que ya nunca podremos liberarnos del VAR. Por eso me gustan estas largas tardes noches que aún podemos disfrutar en la Europa League, en las que lo que es gol es gol, y lo que no, no. Y algo más: los equipos juegan con sus colores. El Milan viste como el Milan, el Celtic como el Celtic, el Arsenal como el Arsenal...

Ahora que el fútbol grande quiere ser mayor que él mismo, ahora que el VAR interrumpe la liturgia de cada domingo, ahora que el otrora sagrado Reglamento ha caído en las manos del errático David Elleray, ahora que Agnelli, Florentino y otros audaces adanistas entre los que cuenta el extinto Bartomeu buscan cómo estropear lo que funciona, conviene aprovechar estos jueves europeos, último testimonio de un tiempo que se escapa. Ahí no están los mejores. No están ni Messi ni Cristiano ni Mbappé ni Neymar. Es más: uno por uno, son menos que los que juegan la Champions. Pero esta competición aún conserva algo que está a punto de desaparecer.