Crece el niño de Tegueste
El día en que la radio celebraba los Ondas para el inolvidable Michael Robinson y las retransmisiones de legendarios colegas como Paco González (Tiempo de juego) y Dani Garrido (Carrusel), el antiguo Barça que hacía juego y belleza volvió a acertar en Turín, donde nunca había obtenido un resultado como este. Fue un partido digno de ser contado, pues en él sonrió al fin, abiertamente, el Messi que había perdido la fe en el club y que jugó un partido memorable el día en que su enemigo número uno, Bartomeu, se rendía a la evidencia de su inepcia como presidente.
Una alegría más para celebrar este día en que el éxito azulgrana (esta vez, color chicle) tiñó de autoridad y belleza su juego de primer toque, “dominante”, como decía otro legendario del micrófono, Jordi Martí. Ese otro motivo de alegría es Pedri, el niño de Tegueste, un héroe juvenil dotado para ser algún día el mejor jugador de la historia de la cantera canaria. Pocas veces se ha visto tan clara la forma de abordar el futuro de un genio. En los últimos tiempos la historia ha dado figuras así, y algunas de ellas se concentran ahora en el Barça. Messi es el antecedente; junto a su estrella ahora brillan el canario tranquilo y Ansu Fati, que suma calidad y alegría hasta en sus fallos.