NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

La peor versión imaginable del Real Valladolid

Valladolid

El Real Valladolid toca fondo. Sergio González toca fondo. Estamos asistiendo a la peor versión del técnico y de su equipo desde que el catalán llegó a Valladolid. Desde que Masip falló en el primer partido ante la Real Sociedad todo han sido pasos atrás. Nadie imaginaba un inicio de Liga tan descorazonador como el que estamos viendo con impotencia todos los que queremos lo mejor para este club. Tres puntos de 21, colista, sin pegada y sin fútbol y con una inseguridad defensiva desconocida en el conjunto blanquivioleta en los últimos años. El equipo ha perdido todas las señas de identidad que le han caracterizado durante las dos últimas temporadas. Los jugadores están sin confianza. Es algo evidente. Son los resultados los que dan y quitan esa confianza a los futbolistas y también a los entrenadores y cuando esa confianza falta, al primer contratiempo se derrumba el castillo de naipes. Cuando todos los jugadores parecen peor de lo que son en realidad, el problema no es individual, es grupal, y aquí está pasando.

Han sido muchos los cambios, de muchos hombres en la plantilla, de estilo de juego, han sido muchas las circunstancias que no han ayudado, lesiones, errores individuales groseros… y la bola de nieve ha ido creciendo hasta alcanzar un tamaño y una velocidad tal que puede acabar por sepultar al técnico y quien sabe si a todo el proyecto. De momento el club sigue otorgando su confianza al hombre que siempre ha logrado salir de las situaciones más complicadas y Sergio llegará a Villarreal. Una semana por delante para pegar un giro drástico a los acontecimientos. Una semana para tratar de dar confianza a los futbolistas, una semana para lograr que el Valladolid sea un equipo al que no se le hagan ocasiones con facilidad y a partir de ahí, crecer.

No sé si la solución puede ser la de jugar con tres centrales, arropando más a Bruno y El Yamiq con Joaquín como eje para reforzar la línea que está siendo el principal problema del equipo, pero no el único. Janko demostró potencia suficiente como para ser un carrilero de categoría. Los de variar el sistema no es una locura y cada vez son más los equipos que apuestan por ello. No es lo ideal pero a veces es una buena solución. Es, simplemente, una posibilidad más, pero algo hay que hacer. Algo tiene que hacer Sergio para dar confianza al equipo y no solo con palabras. Tiene que ser con hechos, tiene que tocar la tecla adecuada para poco a poco ir recuperando a los jugadores en lo futbolístico y en lo anímico. Estamos ante una semana que va a ser dura y que se hará muy larga pero que tiene que poner a prueba la fortaleza mental del grupo y del entrenador. A Sergio se le acaba el tiempo y debe demostrar que ahora, tal y como están las cosas, puede con ello. Si no lo hace ya, la paciencia del club se acabará. El fútbol no tiene memoria y solo el resultado, el maldito resultado, decide.