El dilema posicional de Óscar en el Sevilla y el dúo Fali-Cala

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A veces las ocupaciones domésticas son más exigentes que las europeas. El Eibar dio prueba de ello en el Pizjuán. No se encontró el Sevilla, tampoco Óscar Rodríguez (22 años), uno de los fichajes rutilantes de Monchi que no ha entrado todavía por el ojo de Lopetegui. El ex del Leganés y Madrid partió desde la izquierda, estuvo poco concreto con el balón —19 pérdidas y ocho centros sin completar— y no lució su gran golpeo en los cuatro remates que intentó. A diferencia de Munir, careció de dinamismo y horizonte en las asociaciones. A Óscar le va a tocar sublevarse. No parece que haya una posición idónea para él en este Sevilla, un equipo que juega sin mediapunta y en el que la línea de tres de la medular está muy marcada. En la izquierda quizá no le dé para romper en el Sevilla como hizo en el Leganés. Óscar está en una encrucijada posicional.

La oposición

La última semana fallida del Sevilla contrasta con la felicidad plena del Granada. Al estreno glorioso en Europa le siguió una victoria estoica ante el Getafe. No hubo casi ninguna connotación estética en el encuentro, ejemplo del otro fútbol, engorroso, trabado y poco fluido. De pierna fuerte e intensidad máxima, el partido acabó con 42 faltas y 347 pérdidas de balón, epítetos perfectos de lo que fue. El escaso ritmo benefició esta vez al equipo de Diego Martínez, que solo necesitó de 88 pases para ganar. El desgaste físico y emocional de la conquista de Eindhoven no le pasó factura. Hizo lo justo y necesario.

Montoro ejecuta el penalti del triunfo del Granada / Getty.

La pareja central

Hay quien ha descubierto al Cádiz esta temporada, menos desenfadado que en épocas anteriores, pero macizo y esforzado como nunca. Es un dolor de muelas, magníficamente ordenado, con equilibrio por dentro y por fuera. Hace de la disposición defensiva un arte. Desde estas premisas, atenuó la superioridad técnica del Villarreal, sin respuestas ante la estructura gaditana. El Cádiz se impone en su campo, con Jönsson y Jose Mari primero, estajanovistas a tiempo completo, con Fali y Cala después (45 acciones buenas en área propia). Los dos centrales se han adecuado a la actual Primera. Saben cuándo y cómo saltar (tres anticipaciones cada uno), no descuidan las vigilancias y se arropan el uno al otro en una línea defensiva que apenas deja intervalos libres al rival.

Los carriles

La sorpresa de LaLiga continúa siendo el Elche. Aunque con más puntos quizá que méritos, no se le puede objetar nada a los de Almirón. Y menos ante el Valencia, en crisis permanente desde hace tiempo. El Elche procedió con practicismo, efectividad y espíritu colectivo. Fue un conjunto con amplitud —56,8 metros de ancho de juego, 64% de ataques por las bandas...—, vitalista y rompedor. Los carrileros Josán y Fidel, extremos de siempre, futbolistas de gran talento individual, agrietaron todavía más las fisuras habituales del Valencia. Símbolos y goleadores de un Elche al que le salió todo en la primera parte.