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Entre los falsos positivos, el vuelo reprogramado, el cambio de hora, un largo viaje el mismo día de partido, una hora menos en las Canarias y el regreso en pleno toque de queda, se antojaba indescrifable el Tenerife-Espanyol. Si iba a ser un auténtico festival o un sopor. Y se inclinó más por lo segundo –oh, sorpresa–, como si no llevara el conjunto perico ocho jornadas en Segunda para saber de qué va esto e incluso moverse como pez en el agua.

Se taparon los de Vicente Moreno como de costumbre, aunque demasiado pronto llegó esta vez la ya tradicional intervención salvadora de Diego López. Les habían advertido a los jugadores el técnico y su segundo, Dani Pendín, de que por aquellas cosas de la lejanía insular, acaso por el imperceptible ‘jet-lag’, los 15 primeros minutos en el Heliodoro Rodríguez López requieren una atención especial. Estadio traicionero donde los haya.

Salió airoso el Espanyol por poco de ese tramo y fue progresando poco a poco, con muchos centros por la banda, sobre todo la de Embarba, que o no encontraban rematador o bien morían porque Raúl de Tomás y Puado se estorbaban en exceso. También a la estrategia recurrió el equipo –después del éxito cosechado ante el Mirandés– tanto en el saque inicial de la reanudación como más adelante, pero Fran Mérida se topó esta vez con Ortolá. Le faltó siempre el último pase, el remate, la precisión, el último toque de queda.

Más calidad, recambios de lujo como Nico Melamed y Vargas entrando a la par a falta de diez minutos, pero pocas alegrías de un Espanyol que no arriesga, porque le puede costar caro, porque lo fía todo a una genialidad de sus múltiples artistas y porque más vale asegurar un punto que perderlos todos, especialmente a domicilio. Receta Vicente Moreno.

Total, que seguirá el Espanyol como líder en solitario y con un solo gol en contra tras ocho jornadas. Pero también se mantendrá, e incluso se alimentará aún más, el debate sobre el juego. ¿Puede el Espanyol divertir más al respetable? ¿Sería eso compatible con igualar los 17 puntos que suma con su actual libreto? Difícilmente, dicho sea de paso.

Por suerte o por desgracia, el debate –y el liderato– tiene una nueva para muy pronto. El miércoles visita ya el RCDE Stadium la Ponferradina. Otra prueba de resistencia. La que caracteriza a este club que precisamente ese día cumple sus primeros 120 añitos. Será resistencia para el equipo, y para sus aficionados.