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Avenida del Mundial 82... tenemos un problema

Valladolid

El Real Valladolid sumó su primer punto de la temporada a domicilio y marcó los dos primeros tantos lejos de Zorrilla. Todo ello serían buenas noticias si el equipo no se hubiese puesto 0-2 y se hubiese dejado empatar en cinco minutos. Ni la anécdota de que Sandro marcara a su exequipo a los 20 segundos de debutar, ni el enorme partido de Roberto, ni siquiera los buenos tramos que tuvo el equipo nos aparta de la sensación de que este equipo no termina de arrancar, de que tiene un problema o, al menos, uno muy grave que urge solucionar.

Porque visto el partido hay que agradecer al meta pucelano el punto, Rafa Mir soñará con él pese a haberle hecho un gol, pero sobresale un grave defecto y es la debilidad de la pareja de centrales. Es verdad que, hasta ahora, no ha habido continuidad en esa posición con cuatro parejas en los cinco primeros partidos, y Bruno y El Yamiq repitiendo hoy, pero su falta de contundencia, de concentración, empieza a preocupar. Las comparaciones son siempre odiosas, pero de la pareja, por accidente, de Olivas y Salisu de la temporada pasada, a la que jugó en El Alcoraz va un trecho largo. Ya antes del 0-2, Rafa Mir y Siovas se habían impuesto en cada uno de los centros laterales obligando a Roberto a lucirse, pero es que el error del canario en el primer gol y la falta de contundencia del marroquí en el segundo, que precede al tanto de Sandro, claman al cielo.

Cuando jugaba Masip, las faltas se defendían cerca de la portería se suponía por la falta de confianza del de Sabadell para salir a por los balones colgados, pero ahora con un meta más grande, como Roberto, también se defiende muy cerca de la meta. Los centrales no se impusieron en ningún momento y eso tiene una consecuencia sangrante: el equipo ha encajado nueve goles en seis partidos y no ha dejado ninguno de ellos su portería a cero. Marcar dos goles fuera de casa y no ganar no suele ser una buena señal. El equipo ha perdido esa seña de identidad que le hizo identificable las dos temporadas anteriores, la fortaleza defensiva, y sin ella está perdido, abocado a vivir en el fondo de la clasificación. Los dos centrales que jugaron ayer deben mejorar, el cuerpo técnico debe tomar la decisión de, ahora que vuelve Joaquín, asentar y trabajar en la sincronización y la fortaleza de una pareja de centrales. Porque tampoco arriba parece que haya más dinamita. Se fía a todo a una buena jugada de Guardiola o de Toni, mientras se espera que dos debutantes en Primera, Marcos André y Weissman, la rompan... Ojalá, pero, por si acaso, mejor construir la casa por los cimientos, apretar atrás. En las películas dirían "Houston, tenemos un problema", pero en la versión castellana nos quedaremos con "Avenida del Mundial 82, tenemos un problema"... en defensa, concretamente.