El Valladolid recibió siete goles con cuatro parejas de centrales
En los cinco primeros partidos de Liga, los blanquivioletas acumulan un 3-7 en el goalaverage que no pronostica nada bueno. Endurecer la línea defensiva es clave.
El Real Valladolid de la temporada pasada, con una pareja de centrales estables (Kiko Olivas y Salisu) y dos laterales casi perpetuos (Moyano y Nacho) fue de los equipos menos goleados, 43, y dejó la portería a cero en 12 encuentros, lo que fue la medicina especial para no pasar apuros en su pelea por no descender, aunque es verdad que hasta la jornada 7 recibió, al menos, un gol en todos los partidos.
Esta temporada, sin embargo, el equipo ha encajado ya siete goles y, lo que es peor, en los cinco encuentros que ha disputado recibió, al menos, uno. Entre los principales problemas de los pucelanos se encuentra la falta de continuidad en la línea defensiva, en general, y, sobre todo, en la pareja de centrales, con cuatro parejas en cinco partidos. Tampoco ayuda la lesión de Olivas, por descontado, la salida de Salisu, y el hecho de que haya dos centrales nuevos que tienen poco acople con sus compañeros (Bruno y El Yamiq), amén del adelantamiento de la línea defensiva anunciada por el técnico con poco tiempo para trabajarla en pretemporada.
De esta manera, en el debut liguero, ante la Real Sociedad (1-1), comenzaron jugando Joaquín y Bruno como pareja de centrales porque Javi Sánchez tuvo molestias en la espalda los días anteriores. En el segundo, ante el Betis (2-0), empezó la misma pareja, pero Joaquín tuvo que retirarse en la segunda parte por una lesión y entró el madrileño Sánchez. Al estar fuera de combate el almeriense, en el tercer duelo, ante el Celta (1-1), jugaron Bruno y Javi Sánchez, como terminaron en el Villamarín. Pareja que se repitió en Valdebebas (1-0), donde en la segunda parte entro, además, El Yamiq, que formó pareja con Bruno, adelantando la posición del madrileño al centro del campo. El error de Bruno ante el Real Madrid le costó un punto al equipo y el puesto a él, por lo que, en la quinta jornada ante el Eibar (1-2), la pareja de centrales fue la formada por El Yamiq y Javi Sánchez, con la calamitosa actuación del marroquí.
Con cuatro parejas de centrales en cinco partidos, parece complicado asentar la defensa, por lo que Sergio González y el equipo buscan en estos días trabajar en el acomplamiento defensivo. El regreso de Joaquín, además, debería ayudar a los blanquivioletas a ganar consistencia en un equipo que sabe que para ganar partidos y no encajar tantos goles necesita fortalecer su pareja de centrales porque tampoco es que ofensivamente el equipo se haya desatado: marcó tres goles en los mismos cinco partidos.