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Llegó la hora de la verdad y de apoyar en el Real Valladolid

Valladolid

Se acabó el mercado. Incomprensible que se hayan jugado cinco jornadas sin que se pudieran configurar de manera definitiva las plantilla. Por fin sabemos con qué se van a jugar los cuartos cada uno de los equipos. Y el Real Valladolid cerró con la esperada salida de Moyano y las llegadas de Mesa y de Jota. Faltaron Budimir y Medina, pero llegaron el portugués y Janko además de otros y la sensación es que Miguel Ángel Gómez hizo finalmente bien sus deberes. Otra cosa es el rendimiento que los futbolistas incorporados durante este mercado den a lo largo del curso. Pero lo que se quería, más o menos, finalmente llegó.

La intención del club es clara, dar un paso adelante y tratar de mejorar y eso conlleva mucho cambio y paciencia y la adaptación fundamental del entrenador a su nueva plantilla y a la forma en la que el Valladolid quiere este año jugar. Muchos cambios y bastante riesgo. Será necesaria la tranquilidad porque las modificaciones llevan tiempo. Hay mucho que acoplar y muchas caras nuevas a las que introducir en la dinámica de un grupo que funcionaba como un reloj.

A las puertas de la sexta jornada y siendo últimos con dos puntos logrados pedir paciencia no es algo sencillo. Ha venido bien el parón. Se recuperarán jugadores importantes como Alcaraz y Joaquín, estarán ya Mesa, Janko, Jota… Huesca y Alavés no serán partidos para especular por la necesidad de salir cuanto antes de abajo. Se avecina una temporada en la que seguro que no nos vamos a aburrir.

Y se ha despedido Moyano. No era una situación fácil de resolver la del capitán. Muchos años en Valladolid, con galones, presente en todas las batallas que han traído hasta aquí a este equipo y a este club, pero la decisión del Valladolid era la de dar un paso adelante y tratar de mejorar la posición. Es ley de vida y lo más natural en el mundo del fútbol.

Y ahora que los aficionados no van a los estadios, me parece más necesario que nunca tratar de buscar un clima de tranquilidad en torno al trabajo de técnico y futbolistas. Con la exigencia lógica de una competición como esta, pero sin enturbiar innecesariamente el ambiente. Ojalá se pueda vivir en torno al Valladolid el mismo clima de apoyo y positivismo que tan importante fue en las dos temporadas anteriores. No les hagamos nosotros el trabajo a los rivales con la autodestrucción. Sería un gravísimo error.