Campaña y Rakitic imponen su vigencia y estilo
La elegancia en el campo
Hay jugadores de seda, tocados por la fantasía propia del talento, que necesitan su tiempo y su espacio. José Campaña (27 años) encontró su hábitat en el Levante, más si cabe desde la promoción de Paco López, un entrenador descarado como pocos. La cita mañanera contra Osasuna transcribió todo el fútbol que Campaña lleva dentro. Partiendo desde cualquiera de los costados, pero con libertad total, jugó divinamente. Regaló pases de gol (dos ocasiones creadas), se gustó en el regate (cinco completados) y delineó el juego granota bajo asociaciones de gran nivel con Morales, Melero, Bardhi o Roger. El plan de Paco López, con un once de cinco centrocampistas para desacoplar la presión de Osasuna, se ajustó a la calidad innata Campaña.
El prestigio permanente
El exilio dorado de Banega exigía a Monchi enfrentarse a un imposible. No hay sustitutos para la genialidad del argentino. Aceptando esta premisa, seguro que miró a Campaña, que tiene ciertas semejanzas con Banega, pero el coste de oportunidad llevó a Rakitic (32 años). El regreso del croata reafirma la identificación sentimental con el proyecto, pero también ofrece una realidad futbolística muy atractiva para el Sevilla. Su influencia contra el Cádiz fue apreciable. Dirigió la salida, estabilizó la estructura y dejó un manual de cómo y cuándo llegar al ataque. La estadística da luz a su actuación: 115 toques de balón —el dato más alto de la jornada—, 95 pases buenos, ocho robos, tres remates en el área rival... El cambio de orientación con su pierna mala, si es que la tiene, a Navas en el empate y el gol del descuento terminan por idealizar el rendimiento de Rakitic.
La brújula que falta
Inesperado como fue su ascenso, el Elche pagó la novatada ante la Real Sociedad. Se sintió abrumado sin la tutela de Pacheta, el héroe que ya no está. La propuesta de Almirón de sacar el balón desde atrás resultó temeraria. El Elche se disparó al pie con continuas pérdidas en campo propio (33) al saltar la Real Sociedad con un bloque alto y agresivo, que le permitió robar —media de recuperaciones a 48,7 metros de distancia a su propia portería— en zonas adelantadas. La inferioridad local vaticina una temporada en la que debe cambiar muchas cosas para competir.
La utilidad de Garitano
En la era de las sustituciones múltiples y de las plantillas largas, hay un entrenador que interviene desde una perspectiva distinta. La labor de Gaizka Garitano propició la victoria del Athletic ante el Eibar. Quiso acumular jugadores por dentro, que los laterales dieran amplitud y que los delanteros asaltaran los lados de los centrales. La permuta posterior de banda de Muniain y la irrupción de Villalibre también mejoraron después al Athletic. Hasta el 85' no hizo su segundo y tercer cambio, con la entrada de Córdoba y Sancet, fundamental en el triunfo por su apertura a Capa. Garitano tocó piezas poco a poco, y ganó.