A golpe de aplazamiento

La nueva normalidad de las ligas españolas no ha tardado en mostrar su actual rostro. La pandemia va a posponer partidos prácticamente cada semana, y hay que afrontarlo con naturalidad y buena voluntad. No queda otra. La primera jornada de la Liga Endesa ya se vio obligada a recolocar tres duelos, aunque esta vez se salvó sin sobresaltos porque pudieron celebrarse entre el domingo y el lunes. No hay lastre del estreno, pero lo habrá pronto. Esta misma semana, la ACB ha concentrado dos jornadas, así que tenemos basket sin tregua, como mínimo, desde ayer hasta el domingo... Para continuar ya ha habido otro aplazamiento, el cuarto desde que el balón comenzó a volar, el Andorra-Valencia, para el que se busca nueva fecha. Este incierto panorama va a ser una constante. El peligro es que comience a descontrolarse, sobre todo cuando el 1 de octubre arranque la Euroliga. El torneo continental también dispone de un protocolo que permite hasta tres aplazamientos, así que ya veremos en qué sudoku se convierte el calendario, en un deporte tan amigo de apelotonar fechas.

El rompecabezas no sólo afecta al basket profesional. La primera jornada femenina también movió tres choques, de los que ya ha recuperado dos. Si cambiamos al balonmano, la Asobal inau­guró el caos desde su inicio, porque pospuso las dos primeras citas a la espera del protocolo, que para colmo eran las jornadas 1 y 3, para crear un poco más de confusión. Ya están reubicadas el 7 octubre y el 16 de diciembre, por cierto. Así, el campeonato comenzó en la jornada 2 y ha celebrado hasta la 5. El Logroño, con sus jugadores aislados, aplazó el sábado su partido con el Valladolid y ayer sumó los dos siguientes ante el Bidasoa y el Benidorm. El embrollo no sólo golpea a España, también a Europa, donde el Szeged-PSG se suspendió por el virus. El lío es el enorme. Pero no hay otra.