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Puntazo no, puntito. Pasado el descanso reflexivo y saludable del estío vacacional, el Madrid campeón, el Madrid de Zidane, volvió a evidenciar una tara que complica el espíritu de conquista de una afición que quiere más. Cierto que en el primer tiempo la atrevida propuesta de Zizou permitió ver muchos violines que nos regalaron música celestial durante media hora. Kroos y Modric en un doble pivote delicatessen y el gran fichaje del verano, Martin Odegaard, por delante demostrando que la camiseta del Madrid le sienta estupendamente. Los meninos cubrían las alas, Rodrygo y Vini JR. (la joya de Flamengo ha cambiado su dorsal, ahora es el 20, y su nombre). Y gustó mucho en el arranque, volviendo loca a la zaga de la Real con sus caños y fintas imposibles. Arriba, estaba Benzema, nuestro nueve forjado con hilos de oro, pero al que le falta algo que en el fútbol es conocido desde siempre como “instinto asesino en el área”. A Karim le puedes pedir un cuadro mágico digno del Museo de El Prado. La jugada maravillosa del extinto Calderón ante Godín, Giménez y Savic, o el taconazo increíble de Cornellà hace dos meses, o una colección de sombreros, amagos y todo tipo de fantasías animadas de ayer y hoy. Pero en el área rival no huele la sangre. Ni le gusta ni es su fútbol. Y si a Benzema no le entran, pues 0-0 y a casa.

Haaland es el hombre. Ya sé que la crisis económica provocada por esta maldita pandemia ha paralizado toda la maquinaria de fichajes que en su día sí permitieron a Florentino traerse a Figo y Zidane por unas cantidades récord a pesar de que cuando llegó a la Presidencia la caja del Bernabéu tenía telarañas. Florentino debería atreverse y lanzarse a por el futuro sucesor de Lewandowski. Al final se nos escapó el ariete polaco del Bayern y sería terrible repetir ese error estratégico. Para Zidane la única opción de ataque pasa por Benzema (aunque creo que Borja Mayoral se merece alguna oportunidad). Pero si Karim sufre un golpe o una lesión ya me contarán ustedes quién va meter goles aquí. A este paso veo a Zinedine pidiéndole a su amigo Raúl que haga un pacto con el diablo para quitarse 15 años y recuerde lo fácil que es facturar cuando lo llevas en tu ADN.

El penalti. De tanto repetir el soniquete de que el VAR ayudó a ganar la Liga del Coronavirus, en esta ocasión el responsable de la sala correctora se lavó las manos en un clarísimo derribo de Gorosabel a Mendy. Un penalti que se pita solo. Pero los responsables del VAR le dijeron a Martínez Munuera aquello de “¡jueguen!”. Mal empezamos.

Efecto Imanol. La Real supo reaccionar y dieron la capa de héroe a Courtois en una parada magistral a Isak antes del receso. Y al final del partido pudimos disfrutar unos minutos de David Silva, uno de los artistas que nos hicieron muy felices en aquellos maravillosos años con La Roja (2008-2012). No podrá jugar todos los minutos porque los años no perdonan, pero es de agradecer a Imanol que apostase por este fichaje que da más luz a una Liga que sigue huérfana tras la marcha de Cristiano y Neymar. Para el Madrid fue un puntito, para la Real un puntazo. Y el próximo fin de semana toca visitar al Betis lanzado de Pellegrini... Mi abrazo va para Joaquín y César, los vikingos del Excalibur de Nueva Segovia, y por Carlos Torres ‘Fredi’. un chaval de 20 años, natural de Badajoz, que nos dejó hace unos días y que amaba al Madrid más que a su vida. Este triunfo va por ti Fredi, sé que lo has visto desde allá arriba.