Elizegi, la hora de las decisiones

A menos de tres semanas para el cierre del mercado, cada día que pasa va añadiendo un poco más de presión y urgencias en los equipos, algunos con sus plantillas medio desnudas aún. En Bilbao de momento las aguas bajan serenas. Hoy menos que ayer con la 'bomba Núñez' expresada en una entrevista en AS que ha tenido eco en casi todos los medios de la ciudad del Guggenheim. Quiere jugar y propone la fórmula de una cesión. Con lo cual, desafía y deja la pelota en el tejado del club, que ya no puede permanecer inmóvil ante la reciente la sucesión de acontecimientos. 

Muchos se han posicionado: ¿acierta Núñez al plantear ese ultimátum o es una nueva vuelta de tuerca en este largo y pesado proceso que pone a la entidad en una tesitura inaceptable? No es muy diferente de lo que pidió Herrerín y se le concedió: no juego y no me resigno a comer pipas en el banquillo y llevármelo crudito. Pero la gente le reclama que pelee, que es un mal ejemplo para los que no juegan y se ponen caprichosos. A tenor de los números, ¿a qué viene su queja si el año pasado jugó 1570 minutos en Liga en 20 partidos, 16 de ellos como titular, y fue el undécimo en ese apartado? Y no digamos nada en Copa, con seis encuentros, todos como titular y ser el sexto más empleado... De verdad ¿no le hace olvidar esta transitoria amargura la posibilidad de ganar un título como rojiblanco? ¡Y el dineral que está perdiendo en este tiempo de titubeo! Garitano hasta innovó con un sistema con tres centrales para su encaje. No era muy descabellado: si Núñez está por encima de algunos jugadores del frente ofensivo, pues cambio el dibujo. No es eso. El que tenga dos dedos de frente ve cristalino que está por detrás de Iñigo Martínez y Yeray, y da igual que este pase una mala racha, que las preferencias siguen siendo para él.

Núñez sabe que se juega la Eurocopa o los Juegos Olímpicos. Su ambición está ahí y todos deberían respetarla. Pero "¿y si, pongamos por ejemplo, Córdoba se deja imbuir por ese sentimiento derrotista y pide salir al adivinar que Morcillo le va a adelantar? ¿y si lo hace Lekue? Una espiral muy peligrosa, desde luego. Además, quien más quien menos sospecha que este arrebato de sinceridad llega porque el central de Repelega no ha logrado que nadie ponga los 30 millones de su cláusula. En todo caso, su lamento es como el fuego juguetón de los acróbatas: ¿quién le garantiza ahora mismo que va a jugar más que en el Athletic, que va a tener esa titularidad que demanda en San Mamés? Su salida, de todos modos, podría quedar bien cubierta si se ficha a Javi Martínez, más Nolaskoain. Pero no se trata de eso. 

El resumen es: ha llegado el momento de tomar decisiones. Lo de Areso, castigándolo al filial por no querer renovar, ha sido un apertitivo. Con Unai, el club tiene la sartén por el mango porque hay un contrato firmado hasta 2023, pero tener a alguien a disgusto nunca es lo recomendable. Encima el incendio llega tras un debut preocupante en Granada. Si a Elizegi se le achaca falta de autoridad, de 'bienquedismo', de los 'pájaros y flores' y el sentimiento rojiblanco, y mimar a los jugadores como hace con el pueblo llano. Mirar para otro lado está prohibido ahora mismo. Ha de decidir si ficha y si concede esta improbable cortesía a Núñez. "Nuestro objetivo es que renueve porque queremos que siga con nosotros. Es una pieza muy valiosa y que nos da mucho", dijo en mayo el director deportivo, Alkorta. "Ahora mismo hay una oferta, que, por cierto, es la tercera que le hago yo", desveló. Creía el excentral que era la definitiva. No parece que haya cerrado la herida.