Löw ganó el pulso al Bayern
Joachim Löw sabe lo que hace. Y no le importó absolutamente nada que hasta el todopoderoso Bayern de Múnich le declarase la guerra en su día. Después del fracaso en el Mundial de 2018, donde su Mannschaft quedó eliminada en fase de grupos, el veterano seleccionador teutón tomó una decisión que no sentó del todo bien en el seno del Bayern: prescindir de viejas glorias como Müller, Boateng y Hummels (en aquel entonces todos jugadores muniqueses) para construir un nuevo proyecto sobre pilares jóvenes como Kimmich, Süle o Sané. Los mandamases del Bayern llegaron, incluso, a amenazarle con prohibir a sus jugadores ir con la Mannschaft, pero Löw se mantuvo firme. Y triunfó. Una vez más.
Ayer, sin piezas claves en su esquema como el propio Kimmich, Gnabry, Goretzka o Neuer (todos de vacaciones después de la consecución del triplete con el Bayern), puso a prueba que ha vuelto a diseñar un equipo alemán que da verdadero miedo de cara a la Eurocopa de 2021. Debió dudar Löw después del temporadón que se marcó Thomas Müller, en el que llegó a batir el récord de asistencias en la Bundesliga a sus 30 años, pero el que viene siendo míster de la Mannschaft desde 2006, siguió a lo suyo. No le recuperó ni a él ni a Boateng, otro fundamento sobre el que el Bayern construyó su equipo del triplete. Löw mira al futuro. Y el futuro es de Werner y compañía. A pesar del empate a uno ante España en el último suspiro.