El Bayern es el nuevo Barça
Nada es casualidad. Lothar Matthäus lo veía venir y se le tachó de arrogante. Normal, teniendo en cuenta las virtudes del Bayern del pasado. Aquel conjunto de ogros que solía ganar más partidos por intimidación que por fútbol. Ha llovido mucho desde entonces. El Bayern de hoy es el Barcelona de ayer. El nuevo Barça. Juega como los ángeles y, ayer, presentó su candidatura a la hegemonía en Europa tal y como lo hizo el Barcelona tras el histórico 2-6 en el Santiago Bernabéu. El Bayern le metió dos más. Ocho en total. Más o menos los mismos años que puede durar su reinado.
El fútbol es imprevisible. Pero lo del Bayern va para rato. Gran culpa de ello la tiene Flick. Se hizo cargo de un equipo que, bajo las órdenes de Kovac, era una sombra de sí mismo. Iba séptimo en la Bundesliga en otoño. Diez meses después y con la misma plantilla, el segundo de Kovac ha puesto orden en el vestuario, ha diseñado un equipo que ha dado el campanazo quizá más grande vivido en la historia de la Champions y va lanzado hacia el triplete. Lothar lo sabía. Un tal Jupp Heynckes también. Debió disfrutar el viejo Jupp en su granja de Schwalmtal. Siete años después de llevar a su Bayern al primer triplete de su historia, Flick va tras sus huellas. Ellos dos enterraron a los ogros del pasado y dieron vida a un Bayern nuevo. Uno joven, simpático y que enamora. Y que sepultó al gran Barça.