Quedan la Liga y las dudas

La impotencia mostrada ante el Manchester City, especialmente en una segunda parte sin el pulso, nervio y ambición que se le suponen a un equipo de alto nivel, cierra la temporada dejando una sensación agridulce en el Real Madrid: felices por la Liga e inquietos por todo lo demás. Cuando se suponía que la racha de victorias para ganar el campeonato, muchas de ellas sufridas, habrían soldado al equipo en su confianza, en el Etihad se vio un Madrid inferior, desequilibrado ante la superioridad de los futbolistas azules e impotente a la hora de encontrar soluciones desde el banquillo. Ni el planteamiento, ni los cambios, ni el ánimo de los blancos supusieron un problema para los de Guardiola. Más allá del cantazo de Varane, los británicos fueron superiores en la ida y en la vuelta y dejaron en los blancos la duda sobre cuál es el nivel real del equipo.

Esa incertidumbre será difícil de despejar este verano, porque se va a trasladar a la planificación del próximo curso. El gran fichaje volverá a ser Hazard, rezando para que las malas señales que da su tobillo (no se entiende cómo Zidane le puso de titular) se esfumen y pueda demostrar algo. El resto, más allá de que vuelva algún cedido como Odegaard, serán casi los mismos, con Vinicius como eterno meritorio, Benzema como único goleador de garantías y los veteranos de las tres Champions un año más viejos. No es poco, pero parece más de lo mismo...