Sin ti no soy nada
Perder por la mínima en campo contrario en una eliminatoria de Champions, marcando un gol, que vale doble en caso de empate, no es un mal resultado ni puede ser el principal motivo de una eliminación. Además de los fallos en el Etihad Stadium, el Madrid no ha pasado a cuartos fundamentalmente por la ausencia de Ramos en el césped (tampoco estuvo el Hazard que fichamos), por no tener ni un mínimo de agresividad (solo tres faltas) y por la derrota en el Bernabéu, 1-2, en el partido de ida. Ese sí fue un mal resultado. No voy a reiterar, para no ser pesado, las cosas que he dicho de Sergio Ramos. Solo repetiré una, que el de Camas, además de lo que su juego aporta al equipo, hace mucho mejores a sus compañeros cuando él está en el campo. Cuentan que cuando el capitán no está, se oye a alguno, recordando a Amaral, cantar “Mi alma, mi cuerpo, mi voz no sirven de nada…sin ti no soy nada…”.
Algunos madridistas y muchos atléticos no lo entenderán, pero no estando el Madrid en Lisboa, por personas como Miguel Ángel Gil, Nico Martín y Víctor Porras, que lo verá desde el cielo con Luis Aragonés; y por razones, como que el fútbol pague la deuda que tiene con ellos desde el año 1974, ojalá que el Atlético de Madrid, por fin, consiga la Copa de Europa, después de tres finales perdidas de forma cruel. La primera en Heysel, con aquel tiro desde el más allá de Schwarzembeck. La segunda, en la que “tenían” el título en el minuto 93. Y la tercera, derrota en la tanda de penaltis.
Hablar de Champions es hablar de un jugador que anunciaba la semana pasada que se retiraba, el que más partidos ha jugado en la mejor competición de clubes, uno de los mejores futbolistas del mundo, Iker Casillas. Consiguió todos los títulos importantes: campeón del Mundo y de Europa con la Selección Española, y además la Champions League, Supercopa de Europa, Intercontinental, Mundial de Clubes, Liga, Copa del Rey y Supercopa de España con el Real Madrid. También con el Oporto logró la Liga, Copa y Supercopa portuguesas. El largo y exitoso camino que recorrió como futbolista lo inició en el Real Madrid con solo nueve años, siempre con humildad y con respeto a los que le acompañaron y también a sus rivales. Gran futbolista y mejor persona. Una leyenda. Gracias Iker.