El Real Valladolid está por encima de todo y de todos
El asunto de Miguel de la Fuente estaba claro que se iba a enredar. No había que ser adivino. Viendo los protagonistas de la historia, Bahía, con los antecedentes de casos como la autoexpulsión de Rober Pier en aquel Levante-Huesca o los fichajes frustrados de Ortuño y Adrián San Miguel, lo que sucedió en 2017 con la renovación del propio Miguel y las "cosillas" del jugador, tan bueno en lo deportivo, 15 goles este año, como poco centrado en algunas actitudes que le han valido 19 tarjetas amarillas y dos rojas en las dos últimas campañas, lo cual es excesivo para un delantero. A pocos les extraña que la agencia de representación ahora se haga la victima, no diga la verdad y deje correr el tiempo... siempre en beneficio de sus intereses. Nada nuevo bajo el sol.
Lo cierto es que vista la situación, el Real Valladolid debe hacerse respetar. Y lo está haciendo. Lo que debe entender Bahía y el jugador es que el club está por encima de cualquier jugador, entrenador, presidente o trabajador del mismo que quiera apropiarse su bandera o ser más grande que el propio club. Miguel seguirá o no y no pasará nada. Porque en este club ha habido antes cientos de jugadores, entrenadores y decenas de presidentes que han logrado hitos mucho más importantes que los del tudelano, que han triunfado y se han ido. Y el club ha seguido cumpliendo años, 92, concretamente, siendo el decimotercero en la clasificación histórica.
El Real Valladolid está por encima de todo. Ha hecho una apuesta económica por el canterano que sonroja a muchos de los que forman parte del club por ser un jugador de 21 años que todavía no ha jugado 10 partidos en Primera ni ha marcado en la máxima categoría. Desde el mes de octubre trabaja para cerrar este tema y estamos llegando a agosto y no hay solución cercana. Deslizan desde Bahía que los abogados del Real Valladolid en Madrid lo han parado todo, que no tienen conocimiento de los ultimátum... triquiñuelas para ganar tiempo, Dios sabe para qué... Lo cierto es que desde mayo el acuerdo está cerrado por ambas partes y sólo falta la firma, pero no quieren firmar. No hay que olvidar tampoco que el club debe hacerse respetar para dar un ejemplo al resto de los jugadores que vienen por detrás.
Y, por último, es una lástima lo que está sucediendo porque Miguel de la Fuente lo tenía todo para ser un referente en el club de su provincia, para ser un digno sucesor de Javi Baraja, su entrenador en el Promesas, y que fue el último vallisoletano que tuvo continuidad en el primer equipo. El tudelano está perdiendo la oportunidad de ser la bandera del Real Valladolid, una lástima, pero que nadie se olvide: El Real Valladolid está por encima de todo y de todos.