Puig se pasa de frenada
Conozco a Alberto Puig desde hace más de tres décadas. Le traté mucho en su etapa de piloto, menos en su faceta de representante y jefe de equipo, en todo caso lo suficiente pasa saber bien que se trata de una persona con un carácter especial. También le considero uno de los grandes conocedores del motociclismo, con habilidad sorprendente para identificar nuevos talentos cuando todavía son incipientes. Estamos acostumbrados tanto a sus aciertos de ojeador como a declaraciones en ocasiones explosivas y polémicas. Últimamente se encuentra más expuesto que nunca como máximo responsable de Honda en el Mundial, lo que le coloca en el centro de atención con demasiada frecuencia. Y ya sabemos que cuanto más se habla, más fácil resulta decir algo de lo que te puedes arrepentir. Creo que es lo que ha ocurrido ahora con su desafortunado comentario sobre la lesión de Márquez y la situación del resto de los pilotos de MotoGP por la baja médica del ilerdense.
No hay que saber demasiado de motos para tener claro que Marc es el piloto más fuerte de la categoría en estos momentos (como en los últimos años), pero de ahí a insinuar que cualquier otro campeón en 2020 no debería “estar del todo satisfecho sabiendo que el piloto numero uno no ha estado presente” media un abismo. Puig se ha pasado de frenada y esas palabras me parecen sorprendentes viniendo de un expiloto. Tristemente conoce de primera mano la influencia de las caídas y sus secuelas, no puedo entender que desmerezca de ese modo a cualquier otro ganador del Mundial. La historia de los grandes premios ofrece muchos casos en los que un favorito perdió sus opciones por un accidente y nadie cuestiona al heredero del éxito por esta circunstancia, inherente al motociclismo y, por tanto, una parte del juego con la que todos cuentan. Quiero pensar que Alberto se precipitó en su apreciación, porque otro supuesto le dejaría en mal lugar ante el resto de la parrilla, incluyendo los otros pilotos de su marca.