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La desconexión activa de Sacchi y la Champions excepcional

Se me quedó siempre en el recuerdo aquella frase que me decía Arrigo Sacchi: "Kiko, sin balón descanso activo". Me costó cogerlo, la verdad, de primeras lo entendí como una contradicción. O paro o corro, ¿en qué quedamos? Pero no, era una forma de estar recuperando sin balón, siempre en movimiento. Me vino a la cabeza esto después de oír al Cholo decir que lo de ahora no son unas vacaciones, son unos días de descanso. Y es que los jugadores atléticos tienen que ser conscientes de lo reforzados que han salido después del confinamiento. Ya lo preveía Dani Garcia, jugador del Athletic que en el primer partido en San Mamés dijo que los rojiblancos serían el equipo a batir porque vuelven de pretemporadas echos unos bestias.

Esto, que no lo dudo después de ver durante ocho años no bajarse del podium a los del Cholo, tiene que ser su gran arma, la consistencia y lo saludable que llega el equipo a una Champions excepcional, una Champions de tres partidos en la que no veo favoritos y sí veo aspirantes. Es normal que cunda la ilusión en el mundo atlético. Todos tenemos presente a los Gabi, Tiago, Juanfran, Godin, Koke, Saúl, Thomas, Costa, etc. Futbolistas que hacen de la disciplina y pasión una forma de vida.

Ahora se atisban algunos tics en la nueva camada atlética: en estos 11 partidos, sumado al de Anfield, nos hacen ilusionarnos tras detectar los brotes de la esencia Simeone. Sea Carrasco, Vitolo, Llorente, Felipe, Savic, el duelo Costa-Morata, más la guardia pretoriana de siempre, nos hacen soñar mientras ellos curran, merecerá la pena que estos días sean de descanso y no de vacaciones o, como diría a día de hoy Sacchi, chavales "desconexión activa", estamos ante una oportunidad en esta Champions excepcional para entrar en la historia rojiblanca.

Donde está ya nuestro Mono Burgos. Espero que le llegasen mis palmas de agradecimiento a su trabajo. Fue un homenaje simple y escueto por las circunstancias, pero profundo y lleno de emoción tras verlo tragar disimulo con tal de que no se le notase cómo se removía por dentro. Mono, gracias por ser un ejemplo de profesional y de vida. Como me pasó con Fernando me despido de ti con un hasta luego. ¡Cómo hemos mejorado en las despedidas de los nuestros!