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Guinda final a una temporada notable del Real Valladolid

Valladolid

La victoria lograda ante el Betis sirve para redondear una temporada que podemos calificar como de notable para el Real Valladolid. Con el segundo menor presupuesto de gasto en plantilla, el conjunto blanquivioleta ha logrado superar al que menos tenía, el Mallorca, y a otros seis clubes, Eibar, Betis, Alavés, Celta, Leganés y Espanyol. Algunos triplicaban en posibilidades económicas a los pucelanos. El dinero, en fútbol, no asegura el éxito, pero ayuda mucho a conseguirlo. Al Valladolid se le han escapado jugadores a principio de temporada por falta de pegada monetaria. El Leganés fue destino de varios futbolistas a los que el Valladolid también pretendía pero que eligieron Butarque porque la ficha que allí se les ofrecía era muy superior. Con clubes como Celta, Betis o Espanyol no se podía ni llegar a competir en el mercado. Por eso, cuando ahora se ven los rendimientos obtenidos, es justo y lógico valorar la dificultad con la que el club de Ronaldo ha salido este año a competir y la ventaja de los demás. No caer en este detalle es, sencillamente, propio de gente que no distingue un burro de un caballo. El Valladolid con poco ha hecho mucho y ha logrado un puesto 13 que hubiera firmado todo el mundo cuando arrancaba la Liga el pasado 18 de agosto en el Villamarín.

Y el mérito debe ser compartido. El club por apostar por un proyecto deportivo que por tercer año consecutivo acaba de forma exitosa. El director deportivo por poner a las órdenes del técnico jugadores capaces de acoplarse y rendir además de revalorizarse en muchos de los casos. Por haber hecho crecer de forma exponencial un año más la cantera. El entrenador por exprimir al máximo a la plantilla llevando el barco a buen puerto, sin perder nunca los nervios y jugando sus bazas con inteligencia. Sergio es un hombre de fútbol, se las sabe todas, listo y con mucha mano izquierda para manejar con tino los egos del vestuario. Y, por supuesto, los jugadores, formando un buen grupo, implicado, que ha dado una lección de sacrificio en estas últimas once jornadas. Se han juntado muchas pequeñas cosas para haber podido terminar así.

Y queda la valoración individual de una plantilla en la que no todos han sabido o podido aportar lo mismo. Ha sido el año de gente como Salisu, Joaquín, Olivas, el tramo final de Hervías, el sacrificio siempre de Plano, los buenos momentos de Alcaraz, la lucha en punta de Unal, la persistencia de Nacho, el final de Waldo y Javi Sánchez… a un nivel más intermedio los Moyano, Masip, Antoñito, San Emeterio, Michel, Carnero. Y se esperaba mucho más de Guardiola, Sandro, Toni Villa, Porro o Ben Arfa. Fue un buen año para casi todos los cedidos, Marcos André, El Hacen, Sekou, Luismi… Termina una temporada extraña, triste por la pandemia, por la gente que se ha ido, pero feliz porque ha sido un año de crecimiento para el Valladolid. Es momento, ahora, de saber de dónde venimos, de no perder la humildad, de seguir valorando cada minuto que se pasa en Primera División, pero también de tratar de crecer, de seguir impulsando el club para consolidarlo definitivamente entre los grandes. Y no será un camino fácil. El fútbol es una gran ruleta rusa con muchos espejos en los que mirarse. Uno puede ser el Villarreal y otro el Espanyol. Los dos espejos están ahí y cualquiera puede verse reflejado en uno de ellos, para bien o para mal. Los votos de la permanencia se renuevan cada año haciendo muy bien las cosas. El precipicio está siempre cerca, amenazante, para todos. Feliz verano.