Sainz se moja bajo la lluvia
El arranque del Mundial de F1, hace una semana, nos dejó un regusto dulce y ganas de repetir. El Gran Premio de Austria ofreció múltiples emociones: alternancia en el podio, adelantamientos, abandonos, sanciones, estrategias… En definitiva: espectáculo. Hoy, sólo siete días después, los mismos protagonistas litigarán en el mismo circuito de Red Bull Ring. La competición se llama esta vez Gran Premio de Estiria, el estado federal donde se encuentra la ciudad de Spielberg, pero es el mismo recinto que entonces, que acoge esta segunda carrera por la inevitable remodelación del calendario a causa de la pandemia. Ellos son los mismos, el escenario también, pero si alguien no había quedado plenamente satisfecho con el estreno, el destino ha colocado un aliciente más: la lluvia.
La lluvia es sinónimo de diversión en la Fórmula 1. Un anuncio de día grande. Sobre mojado, el motor no siempre es lo más importante. El agua saca el talento de los pilotos, exprime la magia. Y en ese territorio reservado para los genios, Carlos Sainz y su McLaren se auparon a la tercera plaza en la sesión de clasificación, por delante del Mercedes de Bottas, ganador hace una semana, del Red Bull de Albon, de los Ferrari de Vettel y Leclerc… Todavía es pronto para hacerse la pregunta, pero no me resisto: ¿No se habrá equivocado Carlos con su fichaje por el mítico Cavallino Rampante y nosotros con ilusionarnos tanto? El tiempo lo dirá. El madrileño, que ya fue quinto en el GP de Austria y en los libres del viernes, avanza dos peldaños para alzarse a un podio imaginario que está a su alcance, como lo estuvo el pasado domingo para su compañero Lando Norris. Sólo Hamilton y Verstappen, a quienes Sainz señala como los dos mejores pilotos en condiciones lluviosas, le aventajaron bajo el diluvio de Spielberg. El escenario invita a soñar. El espectáculo está garantizado. Y todo puede ocurrir.