A un paso del gran objetivo
No nos engañemos: la sensación en Valladolid, en Eibar, en Vigo, en Vitoria y en todo el fútbol español, es que el descenso a Segunda está sentenciado y que bajarán Espanyol, Leganés y Mallorca. La lógica y el sentido común así lo indican. Es más, creo que en esos tres equipos también empiezan a asumir su destino. Pensar que el Mallorca, a nueve puntos de la permanencia, va a ser capaz de ganar cuatro de los últimos seis partidos, mientras los demás no ganan ya ninguno, parece una utopía. Y ese mismo razonamiento se puede aplicar corregido y aumentado a Leganés y Espanyol que tienen menos puntos aun.
Pongámonos en el peor escenario. El Real Valladolid pierde todo lo que le queda por disputar, situación casi surrealista, el Mallorca necesitaría sumar diez puntos, el Leganés once y el Espanyol doce, de los dieciocho que restan. Claro que si el Valladolid gana un partido, el Mallorca necesitaría sumar 13, es decir ganar cuatro, empatar uno y perder solo uno... impensable. Por eso, una posibilidad bastante real es que si mañana el Mallorca no gana al Celta y el Leganés no gana al Sevilla, puede que con 35 puntos la permanencia esté esta temporada asegurada. 35 puntos son los que tiene ahora el Pucela.
Pero este panorama tan despejado para unos y tan sombrío para otros no puede darse por definitivo. No suele pasar, pero a veces algún moribundo reacciona y encadena un par de victorias que le dan oxígeno y algo de esperanza si los de arriba se duermen. El conjunto blanquivioleta está, hagan lo que hagan los demás, a un paso del objetivo. Y tiene una oportunidad de oro ahora, con dos partidos consecutivos en Zorrilla, para sellar por sus propios méritos la permanencia sin esperar a los demás. Para reencontrarse con ese buen juego realizado en Sevilla, en Madrid o en Leganés y tratar de terminar por delante de los equipos que ahora están bastante parejos en la clasificación. Y por calendario y por la imagen que está dando desde que volvió el fútbol, los hombres de Sergio parecen preparados para lograrlo.
En Sevilla vimos al mejor Valladolid de los últimos tiempos. Mereció ganar, defendió con orden y criterio y, esta vez sí, contragolpeó con peligro y logró buscar la portería contraria. La velocidad de Waldo y Hervías en las transiciones, tener dos bandas rápidas que te impulsen al equipo y le permitan salir, es determinante. Poder ver a Michel sacar el balón con criterio, la ayuda desdoblándose de los laterales, la seguridad de los centrales, el trabajo oscuro de San Emeterio. Ante los de Lopetegui vimos muchas virtudes que demuestran que este equipo es capaz también de enganchar a sus aficionados con su fútbol. Sergio lleva a su equipo por el buen camino y esta puede ser la semana para sellar la permanencia, para asentar un poco más al club en la élite y seguir acrecentando su estabilidad.