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El criterio subjetivo de las manos no deja ganar al Real Valladolid

Valladolid

El Real Valladolid dio otro gran paso en el Pizjuán para lograr la salvación, acumula 35 puntos, después de un partido muy serio en el tuvo momentos de agobio en la segunda parte, pero en el que también pudo ganar con las dos últimas ocasiones de Alcaraz y Unal, estando por delante hasta el minuto 83. La base del equipo que estuvo cerca de puntuar en el Metropolitano volvió a demostrar que puede aportar mucho en esta pelea por la permanencia poniendo en serias dificultades a un plantillón como el Sevilla.

Sergio González estuvo valiente y a los dos extremos puros añadió en el campo a Míchel y a Ben Arfa, con Miguel en la punta del ataque. Tanto Hervías como Waldo hicieron un gran partido, uno de los mejores de ambos, el mediocentro valenciano realizó un partidazo, corriendo como necesitaba el equipo, moviendo el balón con calidad y poniendo el esférico en la cabeza de Olivas en el tanto blanquivioleta con una precisión quirúrgica. Si muchas veces se le critica la falta de participación, ayer en el Pizjuán estuvo torero y realizó una actuación que bien merecía dos orejas, al menos. El francotunecino debutaba como titular y tuvo una hora para demostrar. Se le vio implicado con el equipo, no tuvo muchas ocasiones de demostrar su calidad, pero no desentonó como en los encuentros anteriores, mientras que Miguel se volvió a vaciar. Hay que valorar el hecho de que el canterano tuviera que tomar la responsabilidad que otros días asumen Guardiola, Sandro o Unal. Y lo hizo con valentía, sin demasiada fortuna, pero realizando un gran trabajo.

En el aspecto defensivo Fede San Emeterio volvió a ser el ancla y el barredor por delante de la defensa, mientras que los laterales realizaron un buen partido, sumándose al ataque, aunque Carnero sufrió en demasía ante Navas, Ocampos y, finalmente, Suso. Olivas fue un fortín, marcó un golazo y no se vio superado, mientras que Javi Sánchez no desentonó, aunque tuvo la mala fortuna de que el balón le diera en la mano, en la jugada que originó el penalti por el que empataron los andaluces. Y aquí vuelve la cuestión de la subjetividad a la hora de penalizar las manos en los penaltis. La mano de Diego Carlos en la primera parte a lanzamiento de Waldo no es considerada, ni penalizada y la del jugador blanquivioleta, sí. Mientras no cambie la norma, mientras que sean los trencillas los que deciden sobre la voluntariedad de las manos dentro del área, siempre habrá la sospecha de tufillo arbitral, de querer favorecer a unos y no a otros. 

En cualquier caso, el Real Valladolid suma otro punto de oro, ya son 35 y verá la jornada pasar con la tranquilidad del trabajo bien hecho. Empieza la jornada con nueve puntos de ventaja, más el golaverage, para pensar en los dos próximos duelos que se celebrarán en Zorrilla, ante Levante y Alavés. Ahí empieza la recta final de la firma de permanencia.