Deprisa y corriendo

Da para título de canción, incluso para título de una novela eso de la 19/20. Algún músico valiente incluso podría haber llamado así a su disco: La 19/20. Cuando dentro de unos años se repasen resultados futbolísticos de temporadas pasadas, o hechos acaecidos en temporadas pasadas, se escuchará a menudo decir "uh, eso fue en la 19/20" y algunos aprovecharán, según sus querencias, para quitarle mérito o para añadírselo.

Otros directamente pensarán que la 19/20 no cuenta, excepto aquellos que hayan llegado a lo más alto en esta temporada desastrosa para el deporte, para la sociedad y para la humanidad. Se cantarán en los estadios canciones relativas a la 19/20, y se hará estribillos del tipo "y llegó de repente la 19/20".

Incluso dará para chistes del tipo "van el Pichichi y el Zamora de la 19/20 por la calle, y al doblar la esquina…" Bueno, lo que queda de 19/20 promete, ¿pero alguien pondría la mano en el fuego por asegurar que e sta temporada va a finalizar con ganadores, perdedores y mediopensionistas? Yo, no.

Gareth Bale, jugando al golf.

Retomamos el fútbol nacional hace unos días con medio partido aplazado y un derbi. A partir de ahí, un rosario de partidos, y uno ya no sabe si se están jugando hoy los últimos partidos de la jornada 30, el grueso de partidos de la 31 o los primeros de la 32. El caso es acabar como sea, aunque sea deprisa y corriendo. Esto parece uno de esos programas de TV en los que el dueño de una casa se ausenta unas horas y de repente llegan 50 operarios a su casa y se la cambian de arriba abajo. Hay que terminar como sea, aunque dentro de unas semanas se estén cayendo las paredes a cachos, hay que terminar aunque los jugadores se lesionen, aunque no haya espectadores, aunque esto no tenga emoción. Hay que terminar como sea.

Deprisa y corriendo. Todos deprisa y corriendo excepto Gareth Bale, que, con la mano haciendo visera sobre sus ojos otea el horizonte, tranquilo, intentando adivinar el palo adecuado para ese dificilísimo par 3.