Sin margen de error para Zizou
Como aventuró tantas veces Don Luis Aragonés, la Liga se va a decidir en los últimos diez partidos, en este caso once, en los que el equipo de Zidane no podrá fallar en su persecución del Barça. A priori el calendario es ligeramente beneficioso para los blancos, pero teniendo en cuenta que los partidos son a puerta cerrada es difícil predecir cómo van a reaccionar unos y otros en la condición de local o visitante. La ventaja de jugar delante de tu público se pierde y eso le va a quitar mucha presión a los favoritos cuando tengan que rendir visitas como la del Madrid a San Mamés o la del Barça al Pizjuán.
Por otra parte, en condiciones tan igualadas y sin factores externos de motivación, va a ser muy determinante la capacidad de los entrenadores para enchufar a sus equipos y evitar el "síndrome de entrenamiento", que puede hacer que algunos jugadores entren flojos a los partidos. El hecho de jugar dos veces por semana beneficia a las plantillas amplias como la que tiene a su disposición el francés, que podrá dosificar el esfuerzo de todos y tener siempre gente fresca. Pero esto no se debe confundir con cambiar la base del equipo cada partido porque de esa manera se pierde el norte, como le pasó al Madrid antes del parón.
Hay que recordar que de los últimos cinco encuentros jugados por los blancos antes del parón del coronavirus solo ganó uno, ante el Barça, empató otro y perdió tres. Será fundamental encontrar un equipo tipo, una idea, un esquema que no varíe cada tres días y luego leer muy bien los partidos para saber dónde aprovechar mejor los buenos cambios disponibles. Se va a medir mucho al entrenador.