Vuelve el deporte
Las noticias encadenadas durante la semana ponen un poco de luz al regreso del deporte. Varios equipos de fútbol y baloncesto han retomado los entrenamientos en España. La foto de Leo Messi sobre el césped es el mejor reclamo. Ambas ligas corretean hacia una reanudación en junio, mientras que otros prestigiosos torneos de fútbol manejan sus propias fechas. Durante estos días también hemos conocido el calendario ciclista, que recuperará el World Tour en agosto, y que el Mundial de MotoGP ha fijado su reinicio con una doble cita en Jerez, el 19 y el 26 de julio, el mismo mes que baraja la Fórmula 1 para arrancar motores. Sin ir tan lejos, los ojos de Estados Unidos miran este sábado a la UFC, que celebra una velada en Florida, a la par que varias franquicias de la NBA ya pisan sus instalaciones.
Cualquier noticia que implique una vuelta a cierta normalidad es una buena noticia, pero no hay que tirar cohetes. Estos regresos a la competición estarán sometidos a unas estrictas medidas de seguridad para proteger la salud: test de coronavirus previos, puerta cerrada, cambios en los sistemas de juego, sedes fijas… Una adaptación a los tiempos actuales para llegar a los telespectadores y salvar el mercado. Detrás asoman todavía muchas incógnitas. El retorno de LaLiga y de la ACB sin público se ve factible, pero no tanto una final de la Copa del Rey con grada, por mucho que apetezca llenarla con las aficiones del Athletic y la Real Sociedad, ni tampoco el desenlace de la Euroliga de basket, que tendrá que trasladar equipos de diez países diferentes. Las disciplinas del motor también deberán resolver el movimiento entre fronteras. Y habrá que ver cómo las carreras ciclistas, especialmente las grandes, desplazan a una ciudad ambulante durante casi un mes por distintas provincias. Hay un poco más de luz que hace unos días, el deporte ha vuelto, pero con todas las cautelas.