Courtois, verdades como puños
Thibaut Courtois sufrió en su primer año de blanco, condicionado por la rivalidad con otro porterazo como es Keylor Navas y con esa franja crítica del Bernabéu que le veía con recelo por su pasado atlético. Injusto porque Courtois, se lo aseguro, de chaval admiraba al Real Madrid gracias a que tenía idolatrado a Iker Casillas, su portero de referencia. Por eso me gusta lo bien que ha reaccionado estos últimos meses, adquiriendo una madurez futbolística (el lunes cumplirá 28 años) que se ha plasmado en su rendimiento bajo los palos. Desde la noche de Estambul, donde alejó cualquier fantasma de una posible eliminación en Europa con tres paradas formidables en el primer cuarto de hora ante los turcos, ha firmado un curso sobresaliente.
Por eso me encanta cómo ha salido al cruce el belga cuando le han preguntado sobre el desenlace de esta Liga. Los Campeonatos se deciden en el campo, no en los despachos. Si el Madrid fuese líder y le proclamaran campeón con once jornadas por disputarse, yo me negaría a celebrarlo. Un culé de bien no puede querer apropiarse de una Liga de la que falta un tercio por disputarse. Liverpool, PSG y Brujas son casos diferentes porque sus torneos están sentenciados. Si al Barça le dieran esta Liga, yo reclamaría las dos perdidas en Tenerife. En la penúltima jornada de ambas íbamos líderes. No es argumento de peso. Lo sé. Por eso, Courtois tiene razón...