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Cómo será el Año 1 DC (después del COVID)? Nadie lo sabe. Lo que sí sabemos es que la regla del fuera de juego ha cumplido 95 años este fin de semana siempre acompañada de polémica y ahora del VAR. Ha cambiado mucho el fútbol desde que el defensa del Newcastle Bill McCracken la puso en marcha. Los aficionados disfrutaban con una cerveza en la mano y un cigarro en la otra; las vallas publicitarias de metal se convirtieron en electrónicas; los entrenadores cambiaron el chándal por el traje y corbata. Y qué decir de los jugadores. Antes del COVID, eran solo futbolistas. Ahora son empresarios, influencers, modelos, cantantes…Quizás, entre todos hemos conseguido idolatrarlos tanto, que su relación con los fans es prácticamente virtual y la relación con la Prensa es una obligación.

El fútbol ha cambiado. Llegamos a una dimensión financiera y social como nunca se había visto. ¿Y ahora qué? ¿Volverá el fútbol como lo hemos conocimos hasta ahora? Creo que no. La deprimida situación económica debida a la falta de publicidad, derechos televisivos, venta de entradas y esponsorizaciones, dificultará la venta y compra de jugadores (principal fuente de ingresos), impulsará la renegociación de contratos y recortará los presupuestos de los clubes diseñados antes del COVID; la segmentación entre los jugadores de 100 milllones y los otros, aumentará dando ese privilegio sólo a unos pocos clubes; y la devaluación de algunos jugadores, ya casi en el final de su carrera, no habrá forma de pararla. Para otras categorías como la Segunda B, donde los gastos superan con creces sus ingresos, su continuidad dependerá de la grandeza y generosidad de sus directivos. Por todos estos motivos, los principales mercados de intercambio de jugadores como Italia e Inglaterra darán paso a otros compradores como USA y México que ya se están frotando las manos.

¿Volverá el espectáculo pronto? Lo veo difícil y el ejemplo lo tenemos en China. Querían reiniciar la Superliga después de 3 meses desde su cancelación y se encontraron con futbolistas asustados que no querían volver a la competición, otros que no podían volar desde sus países y lo peor, otros, como el belga Fellaini infectado por coronavirus. ¿Y qué pasará con los aficionados? ¿Volveremos a sentarnos uno al lado de otro? Quién sabe. Quizás se estén planteando limitar el aforo de los estadios o dejar entre otras medidas, dos asientos libres entre espectadores como protocolo para todos los eventos deportivos.

El fútbol iniciará una nueva era de forma traumática, progresiva, que no gustará a todos. Son los máximos mandatarios quienes deben estimar el impacto causado por el COVID, intentar minimizarlo y volver a arrancar con todas las garantías. Todos los clubes quieren que ruede el balón lo antes posible para arrancar su maquinaria, pero teniendo en cuenta que lo más importante es la salud, ¿por qué no empezar una nueva temporada cuando esté asegurado nuestro bienestar y no arriesgarnos a una fuerte recaída? Es hora de plantearse si vamos a seguir dándole más valor económico y social a aquellos que nos entretienen o a aquellos que nos salvan la vida. De momento COVID-19, 1; Fútbol, 0, pero todavía nos quedan los minutos del VAR. ¡Vamos a ganar!