Cero dudas, el Madrid es capaz de levantar la eliminatoria en Manchester, más que nada porque nunca superó un 1-2 y este club se construye a golpe de hazañas, arrebatos y milagros desde la lona cuando la cuenta está en el nueve y medio. Eso por delante. Dicho esto, Zidane tiene razón. Guardiola, hoy por hoy, es el mejor. No comparto la tesis que indica que fue menos Guardiola que nunca en el Bernabéu, que se protegió.

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En su brillante época en la Ciudad Condal, su equipo brilló, por fases, con dos mediocentros casi en paralelo: Busquets con Touré o Busquets con Keita, tiró a buenos delanteros como Villa a banda izquierda y apostó por la fórmula del falso 9 como bandera de su estilo en muchas oportunidades. Incluso, este mismo año, contra el United repitió esa misma idea. Obviamente, la vida sin Messi, Xavi o Iniesta es peor. Tampoco cuenta con centrales de la calidad del mejor Piqué o Márquez para armar el juego de inicio. De hecho, en la actual plantilla citizen, solo De Bruyne está en el top-3 mundial en su posición. Ni uno más. Eso es lo que le sitúa en el cénit de su gremio. Es cierto que firmó muy caro y no siempre bien, pero en la pura pizarra resulta difícil de batir. Todo, a pesar del mantra futbolero que se repite: si no consigue una Champions sin Messi será un sí pero no. La vuelta es un buen reto para un Madrid que mañana se juega el mach ball por la Liga. Demasiado tute antes de la batalla inglesa.