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Cornellà-El Prat fue la guarida del lobo inglés

Se acabó el camino del Espanyol en Europa. Lo que se inició con ilusión el 25 de julio de 2019, ante el Stajrnan, se ha acabado este jueves con una sensación más amarga que dulce. El "vamos a Europa con el Espanyol" se fue diluyendo hasta el punto que disputar la Europa League ha acabado sin tener alicientes. El Wolverhampton ha hecho suyo Cornellà-El Prat en este último encuentro europeo, pero sin duda lo que queda es honrar a los 14.525 espectadores que se dieron cita en el feudo blanquiazul para decir a Europa. Entre ellos, el presidente y propietario Chen Yansheng, que aterrizó este mismo jueves y que también estará el domingo ante el Atlético.

El 4-0 de la ida dejó fría y molesta a una hinchada blanquiazul que dudó a primera hora de la mañana si acudir o no a Cornellà-El Prat para ver el duelo de vuelta. Hubo algo más de 10.000 pericos que confiaron, pero bastó acudir en metro al estadio para darse cuenta de que los ingleses iban a llevar la voz cantante. Y así sucedió. En los alrededores del estadio, los cánticos y las banderas eran en minoría blanquiazules. Después en el estadio, hasta en los palcos se pudo ver presencia de hinchas del Wolverhampton, lo que es algo excepcional. Lo que sí es habitual en las previas de los partidos europeos en casa del Espanyol es que suene el 'Amour Toujours' de Gigi D’Agostino, pero ni son esas se contagió a una hinchada perica hastiada y claramente superada, en ganas y pulmones, por lo más de 2.500 aficionados del Wolverhampton que abarrotaron el córner superior del Prat (también se dejaron ver por otras zonas del estadio). Ellos sí disfrutaron de Barcelona, por la mañana, y del partido, pese a la derrota, que les mantiene con vida en Europa.

Fue complicado meter en el partido a los pericos y tampoco el club estuvo excesivamente fino al dejar que la grada cantara a capela el himno del Espanyol. Mientras se recitaban las alineaciones ya reinó la apatía y cuando sonaron los acordes del himno se mantuvo. El panorama, con las gradas excesivamente despobladas en el inicio, era desolador y el 'un equipo, una afición, fuerza mágico' pareció desalentador. En cuanto al himno a capela, los ingleses fueron respetuosos con los primeros acordes (quizás no se dieron cuenta de qué sonaba), pero a la mitad se lo adueñaron y Cornellà-El Prat parecía el Molineux Stadium. Es de recibo decir que no se vivieron momentos excesivamente tensos durante el partido entre aficiones, pero sí hubo una excepción. Fue en el inicio de la segunda mitad y lejos de producirse en la zona de la grada visitante (no hubo ningún problema) sucedió en uno de los palcos de la zona del Prat. Eso sí, con hinchas ingleses como protagonistas. Cerca de diez aficionados fueron retirados de sus localidades y se vivieron momentos muy tensos con los miembros de seguridad del estadio. Esa zona quedó desalojada la segunda parte para alegría de los espectadores de la grada inferior.

Despedida. Los dos primeros goles de Calleri despertaron tímidamente la hinchada perica y desde algunos sectores del estadio se escucharon, especialmente con el 1-0, el 'sí, se puede' y el 'vamos a Europa con el Espanyol'. Pero la remontada era misión imposible (el 2-2 fue tras un nuevo error defensivo) y toca pensar ya en el encuentro del domingo contra el Atlético. Ahí no habrá medias tintas. Quizás por ello la grada perica, pocos vieron el 3-2, tampoco dedicó silbidos ni ningún cántico crítico al equipo. "Hasta el final, fuerza mágico Espanyol".