Messi levanta a la grada y sienta a Bartomeu
La grada está que arde con el presidente del Barça, cuya directiva ha incendiado al vestuario y a los aficionados. El prólogo fue una protesta épica contra un despropósito que avergüenza a la historia de las directivas del equipo. El partido mismo, sin embargo, hizo que esa misma grada, mezcla de turistas y de aficionados pata negra, se levantara en homenaje al presidente moral del barcelonismo, Lionel Messi. Su gesta serenó los ánimos primero y luego enardeció los colores hasta los límites de la pleitesía. El suyo fue un homenaje a la grada que dejó sentado a Bartomeu a partir de la multitudinaria protesta.
Piqué, el otro presidente moral, aplaudió al público cuando dejó el campo, y este gesto ayer no era anecdótico ni formal, es parte de la simbología enrabietada de los jugadores que se sienten perjudicados por la oscura intromisión de la directiva. El fútbol depende de los datos y del juego, lo demás es gestión o digestión. El Barça, que ayer batió el récord goleador de la historia de LaLiga antes de que el Madrid jugara en Valencia, está en plena digestión de un drama, pero mientras haya Messi hay esperanza de que sus goles levanten el ánimo.