El cinturón rojo de Simeone

El Atlético se miró al espejo y se reencontró a sí mismo. Apelando a la receta de siempre, el cholismo en su máxima expresión, desnaturalizó al Liverpool, irreconocible e incapaz de hallar una fisura en la cohesionada y vitalista estructura rojiblanca. Sin opciones para correr, bajo la impotencia de Salah y Mané, el equipo de Klopp pinchó en hueso. La victoria del Atleti remite a su compromiso y orden defensivo, voluntad en los duelos y determinación en el balón parado, el mal que le acompaña esta temporada y que le hizo un guiño esta vez. Pasó de preámbulos y el gol tempranero de Saúl llevó el envite al lugar que quería Simeone. El Atlético renunció a apretar la salida de tres del Liverpool —Gomez, Fabinho y Van Dijk— y se recogió en un bloque medio-bajo en un 1-4-4-2 que elevó a su columna de centrocampistas y a Felipe.

La amenaza exterior del Liverpool a partir de la profundidad de Alexander-Arnold y Robertson nunca existió por la basculación general y las coberturas perfectas. Con Koke y Lemar de inicio, después Llorente y Koke, el Atleti cerró los espacios por fuera con las líneas unidas en todo momento. Se perfilaba hacia un lado para defender y el Liverpool sólo podía sorprender con cambios de orientación que apenas llegaron. La actuación tan fría de Salah (15 pérdidas) y Mané, muy escasos en sus intervenciones y con un grado de acierto pobrísimo, facilitó la tarea rojiblanca. Sólo las apariciones de Firmino por detrás de Thomas y Saúl provocaron su desconcierto, aunque el Atleti se guardó siempre un seguro de vida. La jerarquía de Felipe en la anticipación arregló cualquier desajuste previo. Tiene oficio, piernas e inteligencia. Con el Liverpool desamparado, sometido al plan de Simeone, faltó más finura en la construcción de las transiciones, abortadas muchas por Fabinho, imponente en la recuperación tras pérdida con diez robos. La búsqueda aérea a Morata y la espalda de Alexander-Arnold orquestaron oportunidades de oro para golpear todavía más la eliminatoria de haber precisado en el último pase o en la definición. El Atleti de siempre anuló a un Liverpool que se fue sin rematar a portería. Otra noche para el legado de Simeone. El cinturón rojo sigue dando guerra.

Bloque compacto

El Atlético se defendió mucho tiempo en apenas 15 o 20 metros sin dejar resquicio para el avance del Liverpool. El trabajo en las bandas fue encomiable para que los laterales recibieran muy lejos de la línea de fondo.