Rodrigo tiene razón, el vestuario no es sospechoso

El Valencia está donde está por el vestuario que tiene, y no me refiero al estado de decepción en el que habita el valencianismo tras el varapalo de Getafe. Hago mención (para bien) a la labor de los futbolistas porque es gracias a ellos por lo que el Valencia está a solo dos puntos de la cuarta plaza y a siete días vista de que jueguen contra el Atalanta en los octavos de final de la Champions, ronda que nunca pisó Peter Lim. Todo ello, no olvidemos, tras un añito en el que desde el club les han ido metiendo bomba tras bomba (venta fustrada de Rodrigo, despido de Marcelino, salido de Alemany y, entre otras cafradas del día a día, un nuevo intento de traspaso de Rodrigo). A ellos y también a la mano izquierda de Celades, que supo ganárselos tras haberlo metido Lim con calzador en el vestuario.

Es obvio que el equipo no atraviesa por su mejor momento y que transmite síntomas que auguran un futuro lejano al éxito; es una realidad que Celades tiene que aportar soluciones al drama defensivo y que alguna responsabilidad tendrá su cuerpo técnico en la plaga de lesiones y en la fatiga de los pocos sanos que quedan. Pero no es menos cierto que hasta aquí se ha llegado por ellos, que son los que fueron campeones hace nada y que de un tiempo a esta parte, además de jugar al fútbol, ejercen de fontaneros, tapando con su esfuerzo y resultados las muchas grietas que hay en el club. Así que tanta razón tuvo Gabriel Paulista cuando calificó de "mierda" el partido hecho por todos en Getafe, como también Rodrigo cuando dijo: "No somos sospechosos de falta de compromiso". No lo son.