A pesar de jugar con bajas y contra la quinta sinfonía de Beethoven, los rojiblancos compitieron de nuevo como las seis veces anteriores en el Bernabéu. Al final el partido se decantó por pequeños detalles. Un tiempo en el que el Atleti maniató a los cinco jugones cerrando juego interior, con un Llorente que aporta mucho más de 8 que de 5. En lo ofensivo, cabe destacar los desmarques profundos de Vitolo a la espalda de los laterales y la pausa de un gran Morata aguantando la pelota. Fue una primera parte donde los del Cholo sólo pasaron un agobio, el de seguir sumando ocasiones de gol falladas encaramándolo en el primer puesto de equipo que más yerra después de 22 jornadas.

Una pena que las molestias del punta y la falta de energía del canario desaparecieran en el segundo tiempo. Decisivo estuvo Zidane con su rápida y determinante rectificación dando entrada a Vinicius y Lucas para abrir el campo y liberar al purasangre Valverde, unos movimientos con los que reconocía su error el francés en volver a incidir en algo que no surgió efecto en la Supercopa de España. El derbi dejó al descubierto las carencias y posibilidades de unos y otros, también las planificaciones. Para hablar de ellas mejor a final de temporada, ahora toca agarrarse a la final de Supercopa de España y los primeros 45 minutos para creer que este Atlético puede seguir compitiendo.