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Un número mágico. Hay mucha gente que se pone nerviosa y cambia el rictus en cuanto ve ese número por aquello de la gafancia y cuestiones esotéricas alejadas de lo puramente científico. Sin embargo, podríamos decir que para los madridistas este ha sido el derbi del 13, que nos obliga a sonreír felices de la vida. Para empezar, el Atleti, nuestro eterno vecino-incordio, se queda a 13 puntos, descolgado definitivamente de la lucha por el título y fuera de la zona de Champions. 13 también es el número de Copas de Europa que tenemos, en cuyo desarrollo el Atleti tiene una parte importante de la gesta gracias a su presencia en las finales inolvidables de Lisboa y Milán. 13 es el número del dorsal que luce Courtois, el actual Trofeo Zamora de LaLiga y de nuevo un muro en su guarida, que volvió a dejar su portería imbatida... por 13ª vez desde que empezó la temporada. Y no olviden que Benzema decidió este derbi con su gol número 13 en lo que va de esta Liga. Vamos, que a los madridistas nos da la risa si alguien se nos acerca con el cuento de que el 13 da mala suerte...

Sabio Zidane. Ya se sabe aquello de que "rectificar es de sabios". Pues eso hizo, y con mayúsculas, Zidane en el descanso. El mago francés apostó de inicio por repetir el dibujo triunfal de la Supercopa de Arabia, con ese 4-5-1 que en aquella ocasión le dio el título. Pero el Cholo lo tenía trabajado y el derbi se le trabó al Madrid por culpa de ese PENTACAMPISMO que gusta poco en el Bernabéu, acostumbrado al fútbol de montaña rusa y no al de ajedrez. Eso se tradujo es una espesura que permitió a los rojiblancos mandar en el tempo del encuentro, mientras que Benzema se aburría en un islote rodeado de camisetas atléticas. Mal... Pero Zizou, que es más listo y decidido de lo que cuenta la leyenda urbana que pretende menoscabar su capacidad como técnico de pizarra, sacó de golpe (tras el bocata del descanso) a Lucas Vázquez y Vinicius. Isco, previsible, y Kroos (¡bombazo!), se fueron a la ducha. Del 4-5-1 al 4-3-3 y nuevo partido, nuevo derbi, cambio climático consumado y los cholitos desesperados acordándose de las ocasiones claras erradas por Vitolo (paradón de Courtois) y Correa en el primer tiempo. Zidane dio la vuelta al calcetín con dos golpes de timón que fortalecen sus galones en el vestuario. No le tiembla el pulso ni siquiera con Kroos, por lo que Isco tampoco podrá reprocharle nada. Zizou, tu varita mágica sigue on fire.

Vinicius & Mendy. Me recordaba Dani Garrido en el Carrusel que un servidor llevaba meses como defensor de las ‘causas perdidas’ por mi empeño en defender y apostar por la titularidad de Mendy y Vinicius. Por eso no puedo negarles que el gol de oro, el que nos da tres puntos de incalculable valor, me entusiasmó por su doble autoría previa al remate letal de Karim. Vinicius, mi admirado Vini, se inventó un pase interior entre tres rojiblancos que desarmó la zaga atlética. Habilitó a Mendy, que también silenció el ruido negativo hacia sus aptitudes con un pase perfecto, preciso y acompasado que permitió a Benzema batir a Oblak. La sociedad Vinicius & Mendy nos va a dar muchas alegrías. Escrito queda.

Euforia vikinga. El Madrid sigue mandando en la capital. No olviden que ellos llevan tres derbis seguidos (¡300 minutos!) sin ser capaces de meternos un solo gol. Y el Barça empieza hoy ante el Levante a seis puntos del líder. Desde el cielo lo estará celebrando Félix Santiago, de Villarrobledo. ¡Viva el derbi!