Lorenzo es todo coraje
Recordar que Jorge Lorenzo es un valiente se antoja gratuito. Basta rememorar algunos episodios irrepetibles en su trayectoria como piloto del Mundial para disipar cualquier atisbo de duda al respecto. Ahora, ya retirado de la competición activa, lo vuelve a demostrar aceptando el papel de piloto probador del equipo oficial Yamaha, el de sus grandes éxitos en MotoGP. Si soy sincero, no hubiera apostado por tal posibilidad. Aunque el mallorquín había dejado entrever que de algún modo volvería a los circuitos, no pensaba que fuera a ser tan rápido y con un papel tan activo. Nada de asesor de pilotos, embajador de una marca o imagen de un patrocinador. Lo suyo es darle al gas y asegura que tiene muchas ganas de hacerlo de nuevo. Será en solo unos días.
Digo que me sorprende su decisión porque creo que Lorenzo decidió abandonar el proyecto de Honda por dos motivos. El primero y más evidente fue su nulo rendimiento con esa moto que sólo Marc Márquez parece ser capaz de exprimir. El segundo, aunque quizá igual de importante, que no quería volver a hacerse daño después de su grave accidente en los entrenamientos del GP de Holanda. Entonces supo que dañarse otra vez esas vértebras lesionadas podría tener consecuencias terribles, irreversibles. Algo que le dio mucho que pensar y pudo pesar en su retirada posterior. Ahora probando la Yamaha no tendrá que ganar, obvio, pero el riesgo de caída continuará existiendo. Claro que su ritmo será otro, pero la posibilidad de un accidente a alta velocidad no desaparece por ello. Como tampoco lo hace ese coraje que siempre le ha definido…