En el año 2000 nos volvimos tan locos con el supuesto cambio de siglo y de milenio, que preferimos no aceptar que esa fecha no inauguraba una nueva era y que el Siglo XXI comenzaba realmente en 2001. Las listas y las encuestas sobre momentos históricos y sobre los mejores de esta o de aquella disciplina se sucedieron desbocadamente. También en el deporte. Sin la fiebre de entonces, la entrada de 2020, otro número redondo, ha servido para repasar la última década, aunque en verdad no acabe hasta dentro de un año. Entre las noticias apoyadas sobre esa premisa inocentemente falsa, ha circulado que Rafa Nadal se ha convertido con la llegada de 2020 en el primer tenista que ocupa el número uno en tres décadas distintas. Es incorrecto. Pese a ello, su mérito como líder mundial sigue siendo excepcional si enfocamos el dato desde otra perspectiva. Rafa es el tenista que ha alcanzado el número uno en más años diferentes, en concreto en diez: 2008, 09, 10, 11, 13, 14, 17, 18, 19 y 20. Ni siquiera sus coetáneos del Big Three llegan a esa cifra: Federer lo ha sido en nueve y Djokovic, en ocho.

En la rueda de prensa previa al Abierto de Australia, el balear recibió ayer una pregunta sobre esas ficticias tres décadas de dominio. Nadal volvió a recordar el calvario de lesiones que ha padecido durante su andadura profesional, que puestas unas detrás de otras suman más de tres años de inactividad. ¿Qué hubiera sido de Rafa sin este talón de Aquiles? Nunca lo sabremos. El español también recordó que los agoreros le habían pronosticado una carrera corta, porque su tenis es muy físico y erosionante. “Y aquí estamos. Incluso para mí es una sorpresa”, dijo ante los periodistas. Y donde se encuentra Nadal es en la víspera del primer Grand Slam de la temporada, a un título del récord de Roger Federer, y en el número uno de la ATP. No está nada mal para un jugador de 33 años. Diez de ellos como rey.