La providencial descarga de Morata

La categoría. Alrededor de Morata parece existir una reticencia a causa de su eficacia goleadora que obvia su contribución principal al desarrollo ofensivo en el juego del Atlético. Desde su llegada se ha destapado como un futbolista decisivo en diferentes registros, condición revalorizada todavía más en la Supercopa con dos actuaciones notables ante Barcelona y Real Madrid. Las particularidades del Eibar de Mendilibar emparentan con el perfil de Morata. Ningún equipo de LaLiga realiza una presión igual con la línea defensiva tan adelantada —algo más de 40 metros de distancia de la portería de Dmitrovic— y hace pensar al rival en decidir si arriesga en los primeros pases desde atrás o si opta, en cambio, por jugar más en largo. En ambos contextos, la figura del delantero se presume como trascendental.

El desatasco. Los movimientos de apoyo de Morata sirven al Atleti para desenredar la salida. Se maneja de espaldas con suficiencia, experto en descargar a uno o dos toques para permitir la transición rojiblanca. Esta es una de sus mejores cualidades. La ocasión de Vitolo en la prórroga frente al Real Madrid describió esta virtud. Morata se debe ofrecer en Ipurua entre la zaga y la medular armera con la intención de dar una escapatoria continua a su equipo. La previsible pareja inédita de centrales en el Eibar, formada por Burgos y Bigas, carece a priori del entendimiento necesario que se necesita para enfrentarse a un adversario del nivel del Atlético. Por alto Morata puede buscar a Bigas, al que le separan ocho centímetros de estatura. El desplazamiento en largo se trata de otra posibilidad real para el Atleti de sortear el bloque alto de Mendilibar, acostumbrado el nueve rojiblanco a entablar disputas aéreas en cada partido (170 con un 53% de éxito en toda la temporada).

Buscar el espacio. La atrevida postura general del Eibar también promoverá los contraataques del Atlético. Morata se adjudica un papel fundamental en este aspecto. Su capacidad para atacar en velocidad los espacios abiertos está más que contrastada. Tiene una punta de aceleración mayor que los centrales del Eibar y, por tanto, ha de cuidar su apego innecesario por el fuera de juego. Es el futbolista de la competición que más veces —25 ocasiones— ha caído en posición ilegal. Determinante en sus desmarques, Morata amplía su repertorio como asistente de lujo en las transiciones. Sabe ocupar esos intervalos liberados para lanzar después con envíos en profundidad a João Félix, Vitolo y Correa, que saltan desde atrás. Estuvo excelso en este cometido en el duelo contra el Barcelona en Yeda. Cuestionado por algunos acerca de su rendimiento realizador, aunque sus números salen parcialmente en su defensa —1 gol cada 175 minutos—, Morata no decae y el Atlético se entrega a sus múltiples respuestas en ataque. La inesperada aportación menor de João Félix se diluye bajo su paraguas y el de Correa.