El Madrid fue mejor... en los penaltis

Otra vez con prórroga. Como en las finales de Champions de Lisboa y Milán, como en la Supercopa de Tallín. Y de nuevo victoria del Madrid, que fue el mejor... en los penaltis. Antes, no. Antes vimos un partido equilibrado, en general con tenue superioridad del Atlético, soso en la primera hora, más movido en la última media y sobre todo en la prórroga, en la que con todo roto vimos lo más divertido. Fútbol del de los años sesenta, de circulación rápida por el medio campo, sin rigor táctico, con remates y con intervenciones frecuentes de los porteros. Las más difíciles, las de Courtois, decisivo en el tramo dramático del partido.

Zidane repitió con los cinco medios, pero así como eso sorprendió al Valencia, Simeone había estudiado la asignatura y se la sabía. Le presionó arriba, le dificultó salir. El excelente partido de los cinco medios ante el Valencia lo fue menos esta vez. Sólo volvió a rayar a la misma altura Valverde, elegido MVP al final. Así, el Atlético tuvo la sartén por el mango en muchas fases, aunque de nuevo le faltó una mayor aportación de João Félix, cuyo partido fue otra vez muy pálido, más si lo comparamos con sus compañeros de línea, Correa, Morata y, a partir de su entrada, Vitolo. Ese puntito de más que se esperaba de él no lo está poniendo. En la final, tampoco.

Zidane fue haciendo cambios, hasta acabar con un ataque de Rodrygo-Mariano-Vinicius, y Simeone hizo los suyos, para refrescar. El partido, espeso en principio, como dije, se animó. La prórroga fue divertida, el Atlético rozó el gol, pero Courtois dijo no. Y volvió a decir que no en los penaltis. Así que el trofeo fue para el Madrid, con el dato fuerte de que es la novena final ganada por Zidane de nueve jugadas. Y Rubiales puede estar satisfecho, porque la fórmula ha funcionado, más allá de las discusiones sobre el escenario, tema que ya traté aquí, y no sólo por lo económico. Esta Supercopa es mejor que aquella de agosto, que decaía.