JUAN GUTIÉRREZ

El brillo en los ojos de aquella niña

El deporte tiene cada vez más referentes femeninos en los que mirarse. La historia de la pequeña Alicia y de Ona Carbonell es un buen ejemplo.

El brillo en los ojos de aquella niña
ED JONES
Juan Gutiérrez
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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El brillo que había en los ojos de aquella niña me recordó a los ojos infantiles que descubren los regalos debajo del árbol o encima del sofá en las mañanas de Navidad o de Reyes Magos. La pequeña Alicia, sobrina de unos buenos amigos, se preparaba aquel sábado para desplazarse a Guadalajara, donde está apuntada a natación sincronizada, ahora renombrada como artística. Entonces le revelé mi oficio, “soy periodista de deportes”, y le conté que unos días antes, en la Gala de AS, una de las premiadas había sido Ona Carbonell. Sus ojos se abrieron como platos y lucieron tanto como sus sueños, mientras preguntaba incrédula: “¿De verdad conoces a Ona?”. Hace unos días, durante la Gala del Hockey en Tarrasa, le conté esta misma anécdota a Alba Cabello, otra sirena de la Edad de Oro de la sincro. “Qué bueno es que las niñas de ahora tengan referentes así”, me dijo Alba, que vive a diario esa misma experiencia como actual seleccionadora catalana. Ellas dos también pudieron mirarse en una pionera, Gemma Mengual. Y pare usted de contar. No había más espejos.

Hace una semana, las Guerreras visitaron AS con la plata mundial en ristre y con un discurso similar. En el aeropuerto habían tenido un entrañable recibimiento, que incluía a niños que jaleaban a sus ídolos… Hay que inventar la palabra ídolas. El deporte femenino español se ha abierto paso con trabajo y calidad, pero sin referentes a los que imitar, salvo masculinos. Ahora ya existen. Son ellas. Las niñas como Alicia emulan a Ona, la nadadora con más medallas mundiales (23). Y a las subcampeonas de balonmano. Y a tantas otras: Carolina Marín, Lydia Valentín, Sandra Sánchez, Alba Torrens, Garbiñe Muguruza… Antes que ellas hubo otras: Miriam Blasco, Blanca Fernández Ochoa, Arantxa Sánchez Vicario, Theresa Zabell… Y entre todas han construido un camino infinito.

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