Ojalá Núñez se vaya bien, por si acaso
El central del Athletic, al que pretende el West Ham, tiene claro que no va a jugar mucho con Garitano y se plantea una salida en enero porque quiere ir a los Juegos de Tokio.
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Es incomprensible que alguien renuncie al Athletic, a un sueldo millonario y una calidad de vida que muchos envidiarían, por el decimosexto clasificado de la Premier, por un West Ham a cuatro puntos del descenso. A todos nos viene a la cabeza la peripecia de Amorebieta, marchándose al Fulham cuando podía haber sido el rey en San Mamés. Pasó por el Middlesbrough, Sporting, Independiente y Cerro Porteño, cuyos colores defiende actualmente. Ha sido más conocido por el mordisco que propinó a un contrario que por sus éxitos deportivos.
Por cierto, gracias a los compañeros que ayer nos citaron con la información adelantada por as.com sobre el interés del West Ham por pagar la cláusula de Núñez. Ibaigane tiene poco que hacer. Aunque en algún momento hubo exceso de confianza pensando que nadie iba a ser capaz de poner 30 millones, no se trata de dinero. Unai quiere jugar y ante eso no hay promesa que te haga desistir. Nadie le puede garantizar que va a jugar más y su marcha está cantada. Unos meses después de Remiro, otro batacazo. Solo cabe desearle suerte y no acabar mal, por si el futuro depara la opción de recuperarlo. Creo que se equivoca. Los Juegos le ciegan. Y debería mirar al porvenir con serenidad.
