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LA CAJA NEGRA

La trayectoria opuesta de Oyarzabal y Marc Roca

Campeones con la Sub-21, Oyarzabal y Marc Roca simbolizan las temporadas de Real Sociedad y Espanyol. Los penaltis acechan al Mallorca.

GRAF3546. PAMPLONA, 22/12/2019.- El delantero de la Real Sociedad Mikel Oyarzabal (c), celebra su gol ante Osasuna, durante el partido correspondiente a la decimoctava jornada de Laliga Santander, disputada este domingo en el Estadio El Sadar. EFE/Jes&uac
Jesus DigesEFE

La conjunción ideal.

La confluencia entre talento y sacrificio esquiva la pesadumbre. Sin condiciones no hay futuro, aunque sin esfuerzo tampoco hay recompensa. En la Real Sociedad y Oyarzabal se concentran ambas cualidades, vestidos con el traje europeo en la tabla y acumulando actuaciones de mérito como ante Osasuna. El delantero vasco concibió cómo hacer daño al bloque rojillo con su habilidad para elegir siempre el movimiento idóneo. Desde sus rupturas al área hasta las apariciones por detrás de Oier y Brasanac, pasando por su fijación a Aridane en zonas medias, espoleó la franqueza ofensiva de un equipo de altos vuelos. El balón corre en la Real Sociedad y Oyarzabal corre con o sin él. En el verano ganó el Europeo Sub-21 y se licenció en Empresariales, otro ejemplo más de su calidad y capacidad de trabajo.

El contraste.

A Marc Roca, decisivo también en el título de La Rojita en Italia, nadie le rebate su genialidad futbolística, pero tampoco que es víctima y parte de la catástrofe del Espanyol. Se miró a Gallego primero como culpable, ahora también se despide a Machín, medidas que parecen obviar una configuración terrible de la plantilla y el bajo rendimiento individual de todos los jugadores. Marc Roca es el síntoma que lo explica todo. Poco o nada queda de ese medio centro inteligente y de buen pulso del pasado curso. Su error en el primer gol del Leganés refleja su aflicción. Esta campaña promedia cuatro pérdidas más por partido —13 a 9— y su porcentaje de pases acertados ha bajado del 87% al 82%. Los números de Marc Roca son una constatación más de la descomposición del Espanyol.

Desde el banquillo.

La batalla táctica en el Ciutat de Valencia resultó singular. Tan importante se reveló primero la transformación del dibujo del Celta a tres zagueros como fueron después los cambios determinantes de Paco López. Madrugando el segundo tiempo, quitó a Rochina, trasladó a Morales a la derecha y colocó una doble punta dinámica con Roger y Mayoral. A la espalda de los carrileros, sacando a los centrales exteriores de zona, el Levante amarró una remontada con sello de autor. Su comodidad en la clasificación es un valor innegable de un equipo que se reconoce en su técnico. Sólo le falta reparar sus concesiones en los córners defensivos. Ya ha encajado siete goles desde la esquina y Aspas incluso bordeó el 0-2 que hubiese puesto en negro el duelo ante el Celta.

El apunte.

La derrota viguesa frente al Levante permitió seguir en puestos de salvación al Mallorca, el equipo de la extraña relación con los penaltis. Contra el Sevilla volvió a sufrir una pena máxima en contra, alcanzando la cifra de diez en total, camino de récord en LaLiga. El dato de penaltis a favor —7— no compensa la fatalidad, merecida a no, que le ataca jornada a jornada. Si el Mallorca no sujeta su área, la amenaza del descenso es real.