Míster Chip nos disecciona lo que han deparado los 242 Barça-Madrid o Madrid-Barça jugados a lo largo de la historia, pero este partido va mucho más allá de lo que dice la estadística. No hay nada más grande, ni un River-Boca, ni un Liverpool-United o un Milán-Juventus. Nada. Y no es literatura barata. No sé si Twitter es un buen termómetro para ver por dónde van los tiros, pero echo mano de él: la cuenta oficial del Real Madrid tiene 33,4 millones de seguidores y la del Barcelona, 31,5. La del United, por ejemplo, 20,7, la de la Juve 7,6 y la de Boca, 3,7. No sigo.

Rectifico, sí sigo. En el ranking 2019 de los clubes más valiosos del mundo, publicado en mayo por Brand Finance, el Real Madrid había desbancado al Manchester United en lo más alto de la pirámide con 1.646 mil millones de euros. En el vídeo que acompañaba esa noticia se veía un plano del Bernabéu, que está en pleno lifting con motivo de su remodelación; una camiseta blanca con el 7 de Cristiano, que ya no está; unos dibujos de Di Stéfano y Puskas, ambos fallecidos; y se aludía a la condición de mejor club del siglo XX. Es decir, se hablaba de lo que fue para explicar lo que es. A las ocho de la tarde se juega un partido de fútbol que es mucho más que eso. Pero única y exclusivamente por lo que sucede en el césped, ese desde el que Madrid y Barça tanto nos han dado.