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Claves para un Clásico entre dos equipos en buen estado

El estado de ambos. Los dos equipos llegan en un buen estado de forma tras sendos inicios dubitativos en cuanto a juego y resultados. Vamos a meter el bisturí en algunos factores que pueden ser determinantes en que el desarrollo del juego sea favorable a blancos o a blaugranas.

Presión alta. El Barça siempre quiere o intenta progresar mediante pases con los cercanos y los intermedios, apoyándose en el excelente juego de pies de Ter Stegen, por lo que una organizada y esforzada presión alta de los de Zidane puede otorgar muchos beneficios. Lo primero, impedir que los locales progresen mediante el pase como un bloque unido, obligándoles a desplazar en largo con su bloque dispersado en muchos metros. Segundo, si la presión resulta en ocasiones exitosa, estás a muy pocos metros de su portería y con espacio suficiente para que lleguen situaciones favorables de gol.

Cuidar la pelota. Los de Valverde se sienten muy cómodos cuando llevan ellos el ritmo del partido, el control del balón y sometiendo al rival en campo contrario, donde hacen de la pérdida una de sus mejores virtudes desde que Rakitic regresó al once titular, realizando una gran presión colectiva en dicha zona de pérdida y atacando después de manera vertical a un contrincante vulnerable. Por eso, obligar durante muchos minutos al Barça a defender en su campo les resultará muy incómodo, teniendo en cuenta además que tanto Messi como Suárez no suelen participar de la defensa organizada, quedándose descolgados para un posible ataque en transición. Será fundamental tener buen control del balón, cuidar los pases y no tener pérdidas en zonas peligrosas o cuando el equipo no está bien preparado a nivel posicional para ello.

Suárez, rodeado por Ramos, Carvajal y Varane en el último Clásico.
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Suárez, rodeado por Ramos, Carvajal y Varane en el último Clásico.

Equipo corto. Aunque al Barcelona como colectivo le interesa manejar el ritmo del juego porque sufre menos a nivel defensivo, no es ahí donde es más peligroso en ataque. Lo es, curiosamente, cuando es sometido por momentos o el partido se rompe donde se muestra letal. Un alto porcentaje de los goles conseguidos por los de Valverde en los últimos dos meses son en transición, atacando vertical y con espacios. Messi, Griezmann y Suárez son temibles cuando te cogen desprotegido, por lo que no dejar demasiada distancia entre las líneas será fundamental para que puedan llegar las ayudas con facilidad. Por encima de todo, es fundamental que Varane y Ramos siempre acompañen al bloque cuando vayan a campo contrario, sin temor a dejar espacio a su espalda y así evitar que Messi y Suárez puedan recibir solos en posiciones intermedias, girarse y montar un contraataque.